Blanca Altable está influenciada por la música tradicional ─su abuelo fue Simón Altable─, la composición electroacústica y el minimalismo, ha deconstruido el folclore castellano. La violinista, compositora y docente burgalesa publica «Las formas del agua» (2023), el segundo álbum a su nombre y que a dedicado «Al agua, una musa infinita que se transforma, fluyendo sin esfuerzo con el

siempre cambiante presente».

Entre las novedades en música tradicional ibérica, volvemos al disco de Cabra, «Vol. 1» (Segell Microscopi, 2024), donde Efrén López, Isabel Martín, Carlos Ramírez y Juanfran Ballestero crean su propio contexto para sonidos, melodías y ritmos que han sido tocados durante generaciones.

Desde Murcia el álbum «Canela en rama» (2023) de la Cuadrilla de Torregüera interpretando malagueñas, jotas o seguidillas por sus propios miembros junto a colaboradores de otros puntos de España.

Por su lado, Juan José Robles publica el libro-disco «Baile agarrao y otras polkas» (2023) donde ha recogido una docena de piezas del área de Sierra Espuña, que ha arreglado, escrito la partitura y grabado junto a Enrique González a las percusiones y Jesús Gea en las percusiones.

Finalmente, «Canciones incrustables» de Sinápsidos, el proyecto liderado por Erwin Grafe, y donde entre los músicos participa el cantaor Curro Piñana. Un proyecto de difícil catalogación en el que se amalgaman muy diferentes estéticas en la creación de un atmósfera gótica, oscura y misteriosa. «Dedicado a animales, plantas y piedras, y a los humanos que les respetan».

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