Con la competición de la Solar Decathlon Europe 2019 (SDE 2019) detenida a la espera de los resultados finales del domingo, al equipo Azalea de la Universitat Politècnica de València (UPV) le ha llegado la hora de enfrentarse a los 'otros retos'.
Y sin premios de por medio, y con la clasificación estabilizada, todos los ojos se han tornado hoy hacia el Día Azalea, la jornada especial que cada participante tiene para dar a conocer más en profundidad al equipo y elementos tradicionales de su lugar de origen.
Budapest, la pirotecnia y el decisivo hincha de Ferencvaros
La idea inicial era hacer una gran paella... pero claro, la logística jugaba en contra. "Hacer una paella para más de cien personas, en el recinto, complicado... O traíamos una gigante, o nos pasábamos el día entero haciendo una tras otra", explica riendo Rubén Moya. "Y claro, hace un mes, cuando vinimos, teníamos la cabeza en el desafío de construir la barraca en dos semanas, nada más", añade.
En resumen, tocaba buscar soluciones. Como prácticamente cada día desde su llegada. Si no hay paella, que haya petardos... ¿Hay algo más valenciano? Dicho y hecho. Rubén y María Nebot se han lanzado, de buena mañana, a la caza de la pirotecnia. Viaje a Budapest, y a la batalla.
Primera parada. No solo no existía ya la tienda... ya no estaba ni el edificio. Segundo intento, también fallido, y con jarro de agua fría: la pirotecnia está prohibida, por ley, en toda Hungría. Brainstorming en tiempo récord... y a por horchata. Sí, en Budapest. Y la hay. Eso sí, la cara de la dependienta al ver a Rubén y María vaciarle hasta las reservas no ha tenido precio.
Al menos, habría horchata... y no solo eso. De repente, un contacto húngaro les avisa de una posible opción. Su primo, hincha ferviente de Ferencvaros -uno de los clubes de fútbol más potentes de Hungría, ganador de 30 ligas y 23 copas-, envía la ubicación de la tienda donde los suyos compran botes de humo y lo poco legal que, a nivel de fuegos artificiales, hay en el país magiar.
Ambientazo en la barraca para despedir el día
Así las cosas, poco después de las 18 h, la carpa principal ha acogido la presentación de Azalea, dirigida por Rodrigo Fernández y María Peña, quienes le han dado al acto un tono de humor excelentemente acogido por el resto de equipos, algo cansados ya después de un mes de dura competición.
Y para acabar, la fiesta se ha trasladado a la barraca sostenible del equipo de la UPV, anexa a la carpa principal, y en la que ha habido música, humo, horchata... y sangría para todos los invitados. Después de mucho tiempo juntos, el Solar Decathlon toca a su fin. Las risas y el buen ambiente son el presagio de un gran recuerdo. El domingo, y la tensión final, pueden esperar.
Especial Azalea, día a día
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