Mekreo Engineering no es una empresa cualquiera. “Es nuestro proyecto de vida, con el que queremos alinear nuestra filosofía personal y profesional”.
Así define Elena Moreno, ingeniera industrial por la UPV, experta en Innovación para la Comisión Europea desde hace 15 años y finalista de los premios Jaume I tanto este año como el pasado, la esencia de Mekreo Engineering, la compañía creada junto a Miguel García -arquitecto técnico por la UPV que en 2013 decidió dar un giro a su trayectoria profesional orientándola a la ingeniería y el cuidado del medio ambiente- y que se ha proclamado vencedora del Climate Launchpad Spain 2025, la fase nacional de la competición de ideas para el fomento de tecnologías limpias que mitiguen el cambio climático más importante del mundo.
“Es un honor recibir este premio”, afirma Elena, “además de la oportunidad de poner en valor una gran idea. Eliminar los residuos plásticos agrícolas de nuestros suelos, los micro plásticos que hoy en día acaban en nuestros cuerpos porque son absorbidos por los cultivos, y convertir los residuos agrícolas en soluciones, pensamos que es la mejor manera de impactar en positivo tanto en nuestro medio ambiente como en nuestra sociedad, de dejar un legado constructivo”.
Y ese camino no tiene un inicio reciente. De hecho, Miguel y Elena llevan más de dos décadas desarrollando e industrializando materiales alternativos al plástico tradicional. No en vano, en 2004, Elena fue pionera en España en la producción de materiales biodegradables, hidrosolubles y compostables, y Mekreo es la respuesta a su decisión, “de hace un par de años, de maximizar el impacto”.
“Cada año”, explica Elena, “se producen más de 400 millones de toneladas de residuos plásticos de los que solo se consigue reciclar menos del 20%. Durante estos 20 años, hemos conseguido fabricar unas 3000 toneladas de materiales alternativos, pero pensamos que es insuficiente. Llegados a esa conclusión, nos dijimos ‘¿cómo hacemos para poder compartir nuestro conocimiento y multiplicar el impacto?’ Y para eso nació Mekreo. Queremos ayudar a tantas industrias como sea posible dándoles soluciones sostenibles, conseguir alinear el material más correcto para la aplicación más adecuada, uniendo nuestra pasión por la ingeniería con el respeto y cuidado a nuestro planeta”.
En el camino hacia el éxito, Elena y Miguel combinan una serie de importantes factores positivos, desde su propio talento y una buena formación –“la UPV ha sido un pilar fundamental que nos ha dado no solo conocimiento, sino que nos ha acompañado en todo nuestro desarrollo”-, hasta su experiencia, multidisciplinariedad y conciencia social.
Formada en la Universitat Politècnica de València (UPV) como ingeniera industrial –“fui parte del último plan antiguo de 6 años”-, Elena, al margen de su trabajo para la Comisión Europea, cuenta con más de 25 años de experiencia en desarrollo de negocio, dirección industrial, dirección de I+D+i y dirección de proyectos tanto a nivel nacional e internacional.
Apasionada del respeto al medio ambiente y su cuidado, Elena cuenta con una dilatada experiencia en el desarrollo y patentes de productos y soluciones innovadoras eco compatibles en el segmento de la sostenibilidad. De hecho, de su mano surgió en 2004 la primera fábrica de producción industrial de materiales compostables e hidrosolubles de la península ibérica, e inventó para ella de más de una quincena de productos, diseños y tecnologías que han sido patentadas.
Miguel, por su parte, tras licenciarse como arquitecto técnico por la UPV, ejerció dirigiendo obra durante más de una década, gestionando equipos de más de un centenar de personas y construyendo alrededor de un millar de viviendas.
“Sin embargo”, recuerda, “es en 2013 cuando decido cambiar mi línea profesional orientándola a la ingeniería y el cuidado del medio ambiente, para lo cual comienzo una época de esfuerzo, estudio y aplicación que me hacen ser el primer eslabón de la implementación de la primera planta de inyección de materiales compostables e hidrosolubles de la península ibérica en 2018”.
“Desde entonces”, añade, “he unido mis amplios conocimientos en el desarrollo de materiales alternativos al plástico tradicional a los obtenidos en el Master en Robótica e Industria 4.0. Todo ello, con un objetivo: mejorar, a través de los sistemas, nuestro cuidado del entorno y reducir la contaminación plástica descontrolada”.
Juntos, Elena y Miguel han conseguido imponerse en la fase nacional de Climate Launchpad, la mayor competición internacional de ideas verdes. Ahora, junto al segundo clasificado (Myko, otro proyecto con sello UPV asesorado por IDEAS, su área de emprendimiento) disputarán el próximo mes de octubre la fase europea con la oportunidad de acceder a la gran final mundial, donde presentarán sus soluciones frente a una audiencia internacional de inversores y responsables políticos y competirán por premios en metálico de hasta 10.000 euros gracias al respaldo de entidades como Irish Aid, Bank of America, el Ministerio de Acción Climática de Austria, la ciudad de Viena y otros socios internacionales.
“Lo primero que hice cuando empecé con el proyecto de implementación de la planta de producción de materiales alternativos al plástico tradicional”, destaca Elena, “fue desarrollar un proyecto con el departamento de materiales de mi escuela. Gracias al mismo, adquirí un conocimiento profundo de los polímeros biodegradables que me ha permitido idear, desarrollar y producir a nivel industrial una amplia gama de formulaciones y aplicaciones sostenibles”.
“En todo este proceso”, señala, “la contribución de IDEAS y, en particular, de Israel -nuestro mentor-, nos ha dado el impulso que necesitábamos”.
Pero si la UPV ha sido clave en el camino, el origen de este exitoso proyecto hay que buscarlo más atrás. “Queremos dar las gracias públicamente a las personas que creen en nosotros, a aquellas que se preocupan por mejorar y alinear la industria con el respeto al medio ambiente y por supuesto a nuestras familias”, indica Elena. “En particular, en mi caso, a mi padre, Jose Mª Moreno, que aunque ya no está, fue un referente, emprendedor, innovador y una gran persona”, recuerda la ingeniera industrial por la UPV, que concluye lanzando un mensaje que considera fundamental: “La resiliencia, la perseverancia, levantarse y reinventarse cuando parece que todos los elementos están en contra nos hace sobrevivir, mejorar y ser más creativos”. El ejemplo se llama Mekreo, una filosofía de vida que, en mayor o menor medida, contribuye, y seguirá haciéndolo, a construir un mundo más comprometido, sostenible y saludable.
Carlos Ayats Pérez / Área de Comunicación UPV
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