Con la reciente inauguración de los espacios Emprende en la Facultad de Bellas Artes y en la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Agronómica y del Medio Natural, la Universitat Politècnica de València (UPV) ha completado el Plan de emprendimiento global, iniciado en septiembre de 2013 y consistente en la habilitación de un local para el emprendimiento en todas y cada una de sus escuelas y facultades.
Compromiso del rector Francisco Mora en su programa electoral, el Plan de emprendimiento global es, en palabras del máximo mandatario de la UPV, "un proyecto único en España", donde no existe ninguna universidad "con un despliegue tan importante en actividades de emprendimiento".
Un modelo inspirado en el MIT
Modelo inspirado en el Massachusetts Institute of Technology (MIT), la UPV ofrece a sus alumnos multitud de espacios y facilidades para crear sus oficinas, con asesoría de expertos, ayudas y premios.
Tal y como explica el rector, "los espacios Emprende son salas habilitadas para el trabajo en equipo donde los alumnos con iniciativas pueden encontrarse con otros compañeros con ideas y entusiasmo como ellos".
"Hay una en cada centro de la UPV" - prosigue Mora -, "y están abiertas a la participación de todos los estudiantes del campus, independientemente de su titulación. De hecho, queremos que sean muy trasversales y que permitan entrar en contacto a alumnos con perfiles muy diferentes".
No necesariamente encaminados a la creación de empresas
Pese a que es una de las posibilidades, el proyecto no está necesariamente encaminado a la creación de empresas. En palabras de José Millet, director delegado de Emprendimiento y Empleo de la UPV, "hay que ser emprendedor siempre, tanto si trabajamos por cuenta propia como si trabajamos por cuenta ajena. A veces se nos olvida que, dentro de la empresa, también debemos ser creativos, innovadores y proactivos, buscar oportunidades, tomar decisiones y asumir riesgos, que son las cualidades que se atribuyen a un emprendedor."
En ese sentido, Millet añade que "los espacios Emprende se conciben como lugares para desarrollar esas habilidades que se cultivan a nivel teórico en el aula, como el liderazgo, el trabajo en equipo, el sentido del compromiso, la innovación, y que aquí se pueden llevar a la práctica. Una idea puede convertirse en un proyecto que compita en un concurso internacional o en una solución para un desafío tecnológico o un reto social. Y, cómo no, también puede evolucionar hasta transformarse en una start-up" (empresa emergente).
Un segundo escalón de ayudas: Start UPV
Para los proyectos que dan sus primeros pasos y aspiran a convertirse en empresas constituidas legalmente, la UPV cuenta con un segundo escalón de ayudas, el servicio Start UPV, habilitado en la Casa del Alumno del campus de Vera.
Allí, los estudiantes encuentran recursos específicamente dirigidos a la formalización de las ideas de negocio. Por un lado, despachos compartidos con mobiliario, material, conexiones a Internet, etc. Por otro, formación, asesoría legal, ayuda en la búsqueda de financiación, y el ejemplo y la experiencia de emprendedores seniors que han triunfado -o no- con sus proyectos.
Microespacios en la Ciudad Politécnica de la Innovación
Como complemento, la UPV ofrece un tercer empujón a las empresas emergentes antes de dar el salto definitivo al mercado. Así, para aquellas firmas que ya han superado la fase inicial, la UPV ha habilitado microespacios en su parque científico, la Ciudad Politécnica de la Innovación (CPI), donde los emprendedores pueden desarrollar su actividad a coste cero: despachos independientes, completados con una zona común de trabajo, y servicios de seguridad y limpieza diarios durante un máximo de 12 meses prorrogables.
José Millet indica que, "a cambio de estos servicios, la UPV pide que la start-up tenga una actividad empresarial constatable y que vaya cumpliendo determinados hitos o compromisos acordados entre las partes. Y es que estos microespacios no se conciben como sedes finales de empresas en el entorno universitario, sino como una lanzadera de proyectos. De momento, hay equipados 12 despachos, con el 100% de ocupación media".
Un proyecto que ya da sus frutos
Por último, cabe señalar que, pese a encontrarse todavía en fase incipiente, el Plan de emprendimiento global UPV ya está dando frutos. Como ejemplos, pueden señalarse 'Printable, ideas que vale la pena imprimir', un proyecto emergente para impresoras 3D puesto en marcha por alumnos de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería de la Edificación; 'Treze Motorbike, transformaciones eléctricas, zero emisiones', empresa de automoción formada por cuatro estudiantes de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería del Diseño; o el estudio 'Silly Walks' nacido de la iniciativa de cuatro titulados de la Facultad de Bellas Artes especializados en animaciones 2D.
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