Roald Amundsen, Niels Bohr, Henri Poincaré, Albert Einstein, Benjamin Franklin, Georges-Louis Leclerc (comte de Buffon), Gottfried Leibniz, Henri Becquerel, James Watt, Ernest Rutherford, Louis Pasteur, Carl von Linné, Antoine Lavoisier, Alexander von Humboldt, Michael Faraday, Leonhard Euler, René Descartes, Charles Darwin, Isaac Newton, Santiago Ramón y Cajal, Pierre-Simon Laplace, Friedrich Gauss... Y, desde junio de 2017, Avelino Corma, el investigador del Instituto de Tecnología Química (ITQ), centro mixto de la Universitat Politècnica de València (UPV) y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).
Todos ellos tienen en común su paso por la Academia de Ciencias, la legendaria institución francesa creada en 1666 que "anima y protege el espíritu de la investigación, y contribuye al progreso de las ciencias". La Academia comenzó su andadura durante el reinado de Luis XIV bajo el patrocinio de su primer ministro Jean-Baptiste Colbert y fue la primera institución que adoptó el sistema métrico decimal como sistema universal.
En el artículo 1 de su reglamento, se dice textualmente: "la Academia de las Ciencias reúne a sabios franceses y asocia a sabios extranjeros elegidos (los unos y los otros) entre los más eminentes de su tiempo". De ahí que Corma fuera propuesto, junto con otros 14 científicos, como miembro extranjero de la Academia el 17 de noviembre de 2015, y ratificado por decreto del presidente de la República de Francia el 22 de marzo de 2016.
Finalmente, el 20 de junio de 2017 se llevó a cabo la solemne ceremonia de recepción de los nuevos miembros que se incorporaban a la institución, un acto majestuoso que se celebra en la imponente sala bajo la cúpula del Instituto de Francia. Allí, Avelino Corma impartió la conferencia 'Solid catalysts with well defined single-sites'.
Historia en dos actos
No es el único reconocimiento que le ha concedido la más importante de las instituciones científicas de Francia. Antes, en 2011, la Academia ya le había otorgado la Gran Medalla en agradecimiento a su trabajo, pionero en su campo, "que supone una contribución excepcional a la resolución de problemas de economía energética y a la protección del medio ambiente".
La Gran Medalla, la más alta distinción que entrega la Academia de las Ciencias de Francia, premia cada año desde su creación a un investigador que haya contribuido de manera decisiva al desarrollo de la ciencia, ya sea por la originalidad de sus ideas, como por su impacto internacional. Avelino Corma es el único español que la ha conseguido.
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