Hay personas con una capacidad extraordinaria para convertir los obstáculos en retos, y además, superarlos. Sara Cabrera Casino es una de ellas (vídeo).
¿Cómo si no explicar que esta joven valenciana de 23 años haya sido capaz de ganar las Copas del Mundo sub23 de patinaje de velocidad sobre hielo sub23 (1000 metros) viviendo en una comunidad donde ni dicho deporte está federado ni dispone de pistas para entrenar?, ¿cómo lograrlo, además, combinando su carrera deportiva con sus estudios de Ingeniería Mecánica en la UPV?
“La verdad es que es un poco complicado, porque al no tener aquí instalaciones, nos toca irnos fuera y eso, a nivel de presupuesto… Hay que invertir mucho dinero en nosotros”, reconoce Sara, que se colgó el oro en la final de Japón tras empezar la temporada en Canadá, hacer allí un mes de preparación, y viajar posteriormente a Italia, donde comenzaron las Copas del Mundo sub-23 que finalizaron en el país nipón. Allí, Sara, además del oro en 1000 metros, se colgó ni más ni menos que otras 3 medallas de plata (500 metros, 1500 metros y masstart).
Poseedora pese a su juventud de un palmarés extraordinario (el año pasado fue campeona de España en 1000 metros), Sara viene también de repetir en Hamar (Noruega), el bronce en el relevo mixto logrado el año pasado en los Juegos Mundiales universitarios FISU disputados en Lake Placid (Nueva York, Estados Unidos), un éxito que, en cualquier caso, le dejó a Sara un cierto sabor agridulce.
“Estoy muy contenta, pero nos hubiera gustado ganar el oro”, reconoce. “Estábamos preparados, pero nos tocó una serie un poco lenta y, al ser clasificatorio por tiempos, hicimos todo lo que pudimos, y salió bronce. Me hubiera gustado que la pista fuera un poco más rápida, porque ando buscando una mínima para entrar en las Copas del Mundo senior y no se dio. Estoy muy cerca de lograrla, pero aún no la tengo”.
Sara, que empezó patinando sobre ruedas -de hecho, aún hoy compagina las temporadas de hielo y ruedas-, formó parte de la selección española de patinaje de velocidad sobre ruedas entre 2016 y 2021, logrando en el Europeo junior de 2018 un bronce en 300 metros contrarreloj, una plata en 200 metros contrarreloj y el oro en 500 metros relevos, especialidad en la que se proclamaría campeona de Europa el año siguiente.
Sin embargo, “en los últimos años”, afirma Sara, “me estoy centrando más en el hielo, ya que al ser un deporte olímpico, te abre más puertas”. De hecho, el propio sueño olímpico ha sido clave en su decisión: “Como a todo deportista, me gustaría ir, y por eso necesito lograr la mínima para entrar en las Copas del Mundo senior. Una vez la logre, entraré en el ranking y, a partir de ahí, a intentar lograr el suficiente para ir a los Juegos Olímpicos”.
Mientras lucha por ser olímpica, Sara lo hace a su vez por formarse académicamente. “Es un poco complicado, porque cuando tienes la cabeza metida en el deporte, es difícil concentrarte en lo que debes, pero intento sacarme la carrera como puedo. Además, cuento con la ayuda de la UPV, que se adapta mucho a mis fechas para poder hacer los exámenes, y a mis compañeros, que me ayudan con los apuntes y demás cosas. La verdad es que se lo agradezco un montón”.
“Al principio les resultaba muy raro”, recuerda sonriente Sara, “porque cuando entré en la universidad, iba un día a clase y luego estaba dos semanas sin ir. Luego volvía y la gente se preguntaba ‘¿y esta chica?’ Pero una vez les cuentas lo que haces, se interesan por todo y me están ayudando muchísimo. Les estoy muy agradecida”.
“Si tengo que elegir referentes”, señala Sara, “me quedo con Nil Llop, que combina ambas disciplinas. Y Erin Jackson, que también lo hace, y muy bien. De hecho, empezó en el hielo hace relativamente poco, consiguió la clasificación para los Juegos Olímpicos en tiempo récord y fue oro en Pekín 2022 en 500 metros”.
Son los espejos en los que se mira la estudiante de la UPV, que apenas lleva 5 años patinando sobre hielo. “Empecé mayor, pero gracias a los resultados sobre ruedas, me dieron la oportunidad de participar con la selección española de hielo, apostaron por mí y está funcionando”, afirma orgullosa Sara, conocedora además de las evidentes dificultades a las que se enfrenta.
“Es cierto que llegas a un nivel en que estás compitiendo con gente que entrena todos los días y tú no puedes hacerlo, y también, a nivel federativo, estoy federada en la catalana porque no existe una federación de patinaje sobre hielo valenciana, lo que me complica bastante a la hora de pedir subvenciones o cualquier cosa, porque me piden una licencia federativa valenciana… y no hay”.
En cualquier caso, los obstáculos nunca han detenido a la reina del hielo valenciana, una deportista de élite que continúa derribando muros a base de éxitos y que, sueña, mientras estudia, en ser una de las primeras ingenieras de la historia… en colgarse un oro olímpico.
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