El blanco de los muros del campus de Vera de la Universitat Politècnica de València se ha llenado de color gracias a las intervenciones de los/las artistas y grupos seleccionados en la decimoquinta edición del Festival de Arte Urbano Poliniza Dos 2020. Este encuentro de prácticas artísticas que organiza la Universitat Politècnica de València, a través de su Área de Actividades Culturales, tiene como objeto fomentar la reflexión en torno al arte urbano en sus distintas vertientes. Según el comisario del certamen y catedrático de la Facultad de Bellas Artes de la Universitat Politècnica de València, Joan Peiró, “la finalidad básica de Poliniza Dos es acercar la sociedad, la calle, la vida del día a día… a la Universidad, porque una de las grandes metas a conseguir de la Universidad es acercarse a la sociedad”.
Desde sus inicios, el Festival de Arte Urbano de la Universitat Politècnica de València ha acogido el trabajo de multitud de artistas y grupos, tanto de renombre como desconocidos hasta la fecha. “Se ha facilitado la participación de muchas personas que hoy tienen fama mundial y eso es muy gratificante”, ha expresado Peiró. Por otra parte, a medida que han pasado los años, el certamen se ha hecho más conocido, y “se ha presentado gente con una trayectoria mucho más consolidada, y esa combinación de lo nuevo con lo conocido es algo muy propio del saber universitario”.
Partiendo de una temática y una técnica libre, los/las artistas plasman sobre los muros del campus de Vera su proyecto. En nuestro recorrido por Poliniza Dos 2020 “podemos encontrar una gran diversidad de creaciones de arte urbano, de diferentes estilos y diferentes técnicas”, ha apuntado su comisario. Pero, todas y cada una de estas manifestaciones llevan un mensaje con la intención de sorprender. En ocasiones, puede tratarse de una crítica política y en otras, de cierta ironía o, simplemente, una reflexión. Y es que, si por algo se caracteriza el arte urbano es por la observación de las particularidades del entorno de la intervención.
El carácter internacional del encuentro ha permitido que en cada edición se contara con un país invitado, algo que en esta no ha sido posible a causa de la pandemia. “Estaba previsto que participaran cuatro artistas procedentes de Oaxaca, estado mexicano caracterizado por una florescencia artística muy importante, desde el campo de la artesanía a lo audiovisual. Sin embargo, la situación actual no lo ha permitido”, ha explicado Peiró. Quien también ha añadido que, a diferencia de otras ediciones “en las que se concentraban los artistas en una semana, este año se decidió que las actuaciones se dilataran a lo largo de un mes”.
Las intervenciones en los muros del campus de Vera las iniciaron Eliote y Emily Eldridge. Eliote, procedente de Marsella, es un claro ejemplo de artista que convierte sus trabajos en verdaderas obras abstractas. Además, con el paso del tiempo, “ha ido depurando su lenguaje”, ha afirmado el catedrático de la Universitat Politècnica de València, Joan Peiró. Asimismo, “conjuga un trabajo de la calle con un trabajo muy poético, transformando su nombre, la palabra, en algo que es una abstracción”. Mientras que la berlinesa Emily Eldridge crea imágenes llamativas y visualmente audaces, abarcando una variedad de medios creativos. “Procede del diseño gráfico y eso se nota por su tipo de trabajo, muy figurativo y colorido”, ha subrayado Peiró.
La segunda semana del mes de diciembre fue el turno de Miko.0034, el dúo Medianeras y Yksuhe Juan. Para Peiró, “Miko.0034 proviene del mundo de la Universidad, ha hecho Bellas Artes, y su obra, muy experimental, está vinculada a corrientes cinéticas, poniendo en relación el estatismo del mural con otras dinámicas que rozan lo escultórico, lo tridimensional”.
Vanesa Galdeano y Analí Chanquia son dos argentinas afincadas en Barcelona que componen Medianeras. Para ellas el arte público, además de embellecer las ciudades, reivindica la idea del lugar compartido por todos los individuos. Por ello, con sus murales buscan cambiar la manera habitual en la que se perciben los espacios. “Pertenecen a la vertiente más pública, publicitaria y reivindicativa del mural”, ha recalcado Peiró.
Basado en el dibujo y en la pintura, Yksuhe Juan viene desarrollando su carrera de forma continuada y autónoma desde el año 1999. Las obras de este valenciano “contienen una enorme carga social y el inconsciente colectivo, el contexto simbólico e iconográfico son la base de sus creaciones”.
Por último, Nil Safont, más conocido como Slim Safont, ha cerrado las intervenciones en los muros del campus universitario. Con tan solo doce años se adentró, de una manera instintiva, en el mundo del arte urbano. “En el grafiti encontré una forma de sacar mi rebeldía y una forma de expresar ciertos sentimientos”, ha afirmado. Graduado en Bellas Artes, su formación le ha permitido acceder a un abanico muy amplio de lenguajes artísticos. “Con el tiempo, cambié mi lenguaje y empecé a hacer algo más figurativo y pasé del grafiti a hacer murales”. Sus obras son escenas cotidianas que “tienen algo especial, son imágenes que ponen en valor el comportamiento de quienes plasmo”. En el campus de Vera, su mural “es fruto de una fotografía que tomé a mi compañera y en la que he querido plasmar esas noches que pasa el universitario estudiando ante los exámenes”.
Abel Iglesias, artista multidisciplinar, se encargará de abordar el espacio universitario con su instalación escultórica a principios de 2021.
Tras quince ediciones, el encuentro de arte urbano que acoge la Universitat Politècnica de València se ha extendido a nivel local, nacional e internacional. Nació como Poliniza en el año 2006, reuniendo a más de 140 artistas procedentes de toda Europa. La finalidad era apostar por una simbiosis entre dos mundos, en principio, escasamente interconectados, la Universidad y el arte urbano. Para Peiró, “nuestro criterio siempre se ha basado en la calidad del trabajo, qué se dice y cómo se expresa”.
Durante este 2020 ha recibido más de 200 solicitudes, de las cuales el jurado solo ha podido escoger siete. “La selección es complicada porque solo hay siete plazas para el número de solicitudes recibidas y el nivel es muy bueno”, ha asegurado el comisario de Poliniza Dos, Joan Peiró.
En la actualidad, el éxito del festival que acoge la Universitat Politècnica de València lo ha convertido en un referente. Gracias a él, a lo largo de estas quince ediciones, se ha podido disfrutar de las obras de algunos de los mejores artistas que han hecho de Poliniza Dos un certamen valorado por el público, por la crítica y por los propios artistas y grupos participantes.
Fotografías de Kike Sempere.
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