Desarrollar una plataforma de cómputo de altas prestaciones para vehículos y robots autónomos, satélites o los sistemas de gestión de la Estación Espacial Internacional. Este es el objetivo de SELENE, un proyecto internacional liderado por investigadores de la Universitat Politècnica de València (UPV), financiado por el programa Horizonte 2020 de la Unión Europea, y que cuenta también con la participación de Airbus (Francia y Alemania), Siemens (Austria y Alemania), CAF signalling, Opentech, Ikerlan, Cobham Gaisler, BSC y Virtual vehicles.
Como principal novedad, el proyecto propone el codiseño de hardware y software, lo que permitirá que las aplicaciones críticas se puedan certificar a un bajo coste. En este sentido, Carles Hernández, investigador del Grupo de Arquitecturas Paralelas (GAP) del Departamento de Informática de Sistemas y Computadores (DISCA) de la UPV, señala que el procesador en el que trabajan “será mucho más flexible, integrará una gran cantidad de cómputo -tanto aceleradores de inteligencia artificial como núcleos-, y permitirá la autovalidación y testeo de las propiedades de seguridad para su puesta a punto final”.
En el caso de los vehículos autónomos, los investigadores del GAP-DISCA UPV aseguran que, para conseguir la autonomía total, es necesaria una gran cantidad de chips diferentes, lo que conlleva un coste de verificación de funcionamiento, “hoy en día, inasumible en la mayoría de aplicaciones”.
Como explica José Flich, investigador también del GAP-DISCA UPV, “los sistemas autónomos, normalmente, requieren de mucha redundancia, y eso es muy costoso cuando lo haces mediante chips diversos. Los procesadores que hay hoy en día se pueden utilizar, pero no certificar. Este proyecto facilitará la certificación de aplicaciones de inteligencia artificial en trenes y coches autónomos, contribuyendo así a una mayor autonomía en estos vehículos”.
Por otro lado, en los satélites, el procesador del proyecto SELENE permitirá abaratar sus costes y dotarlos de mayor inteligencia, gracias al uso de aceleradores hardware para redes neuronales. “Se reducen costes porque tienes más capacidad de integración en un único chip, una variable que, en el espacio, es fundamental”, apunta Carles Hernández.
Por último, en el caso de la Estación Espacial Internacional, SELENE tiene por objeto contribuir a mejorar la eficiencia de los sistemas de gestión a través de la utilización de inteligencia artificial, y en los robots, favorecerá, del mismo modo, que sus capacidades autónomas puedan ser certificables de acuerdo a los estándares de seguridad funcional.
Con un presupuesto de 5 millones de euros, SELENE se prolongará durante los próximos 3 años.
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