Ayer por la mañana, mientras la ministra de Educación y Formación Profesional, Isabel Celaá, presentaba en el Congreso el anteproyecto de la nueva Ley de Educación, Elena Martín, una de sus asesoras, comentaba en la Jornada de Orientación celebrada en la Universitat Politècnica de València (UPV) las novedades que este texto implica.
En palabras de Martín, en la actualidad catedrática de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM) y durante once años subdirectora y directora general del Ministerio de Educación y Ciencia (de 1985 a 1996), "esta ley vuelve a pensar como la LOGSE. Recupera ideas contenidas allí. Y, sobre todo, destierra el principio subyacente en la LOMCE de que existen alumnos capaces y no capaces, y que la escuela solo tiene un papel, que es separarlos y segregarlos cuanto antes".
Frente a ello, la nueva ley apuesta por la inclusión. "Hasta ahora, la integración diseñaba un sistema que se pensaba para el grueso de los alumnos, la normalidad, y luego, se adaptaba para el resto. La inclusión va más allá, al definir un sistema en el que, desde el principio, cabe todo el mundo y no hace falta adaptarlo a nadie. Y, en contra de lo que muchos piensan, la inclusión no está reñida con la calidad. Yo no quiero una escuela en la que se aprenda menos solo para que quepan todos. Es compatible que todos quepan y que se haga con calidad", defendió Martín.
"Las repeticiones no son una buena solución"
"Lo primero", explicó la asesora de Celaá, "es repensar el tema de las repeticiones de curso, que no son una buena solución. Cuando una cosa no funciona, cambiamos el método. No repetimos otra vez lo mismo, esperando que, a la segunda, se solucione mágicamente. Igual pasa con los alumnos. La repetición debe ser la última de las medidas, después de haber probado otras más eficaces. Y si finalmente, después de intentarlo todo, un alumno repite, se le preparará un plan especial y en los centros habrá una figura que velará por que ese plan llegue a buen puerto".
En la actualidad, la tasa de fracaso escolar y abandono temprano en la Educación Secundaria Obligatoria (ESO) es dramática. "Cerca del 30% del alumnado no se titula en la ESO, lo que es un desastre total. Es aceptar que uno de cada tres alumnos llegará a la madurez en desigualdad de condiciones. Si la sociedad ha decidido que esta etapa es obligatoria, no puede asumir ese porcentaje de pérdida", ha explicado Martín.
"Evaluar no es calificar"
Para Martín, "se piensa, y se piensa mal, que la inclusión es la respuesta a determinados colectivos, a los más desfavorecidos, a los otros. Todos somos diversos, no son diversos unos pocos, los demás. Todos aprendemos de forma diferente: unos, leyendo; otros, escuchando; a algunos los podemos retar; a otros no, porque los anula... Por eso, es importante saber más del proceso de aprendizaje: qué papel juegan la motivación y la autoestima, interiorizar que evaluar no es calificar... La inclusión supone atender a todo el alumnado, no a unos pocos colectivos".
Según la catedrática de la UAM, "hay que romper la lógica de los grupos, las asignaturas, las materias, las 7 horas seguidas. Se puede trabajar por proyectos o con dos docentes (o más) por aula. Cansa, requiere un esfuerzo, genera incertidumbre, y supone vencer algo muy humano que es la inercia y la resistencia al cambio, pero se puede hacer, porque está en la ley desde hace una década. Y sabemos que es mejor".
Finalmente, Martín hizo un alegato por la educación y la orientación. "Hay que resistir las perversiones del sistema: el riesgo de los dictámenes, la escasez de recursos, las normas equivocadas y modelos teóricos que no son claros. Tenemos que conseguir que las experiencias educativas sean satisfactorias, que todos alumnos salgan de la escuela esponjados, no encogidos por una mala vivencia; con herramientas y ganas para seguir aprendiendo".
Unas PAU con pocos cambios
Como es habitual, la Jornada de Orientación ha incluido también una ponencia impartida por el coordinador de las pruebas de acceso de la Comunidad Valenciana, Antoni Gil. En esta ocasión, su intervención ha llevado por título "Unas nuevas PAU y admisión a la universidad con pocos cambios". Entre las escasas novedades, está la inclusión de las ponderaciones de los idiomas extranjeros de las fases voluntaria y obligatoria.
La Jornada de Orientación es una reunión anual, organizada por la UPV, que sirve de punto de encuentro a orientadores, tutores, profesores y directores de centros de enseñanza secundaria de la Comunidad Valenciana. En esta ocasión, asistieron más de 500 personas.
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