La contaminación acústica en los océanos es una amenaza creciente para la fauna marina. Una exalumna del Máster en Evaluación y Seguimiento Ambiental de Ecosistemas Marinos y Costeros (MEMIC), Blanca Feliu Tena, ha publicado recientemente un artículo divulgativo en Fundación Muy Interesante.
En este artículo se explica cómo el ruido submarino de origen humano, generado por actividades como el tráfico marítimo o las prospecciones sísmicas, puede interferir con la comunicación de los cetáceos que dependen del sonido para socializar, orientarse, cazar y navegar, afectando seriamente su comportamiento y salud.
Blanca, actualmente vinculada al Grupo de Acústica Submarina del Instituto Español de Oceanografía del CSIC, destaca la importancia de comprender y mitigar estos impactos para garantizar la conservación de las poblaciones de cetáceos y de los ecosistemas que comparten.