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Un año más, la innovación es una de las señas de identidad de las fallas de la Universitat Politècnica de València (UPV). En esta ocasión, el monumento principal de la comisión universitaria cuenta en su interior con energía eólica y proyecciones de luz y sonido mediante videomapping sobre la superficie exterior del monumento, entre otras novedades. Por su parte, la falla infantil incluye las primeras figuras hechas con paja de arroz y serrín, resultado de un proyecto realizado por investigadores de la UPV.

'Malentesos'

La falla grande de la UPV de este 2017 tiene por lema Malentesos, simboliza una Torre de Babel y representa la falta de entendimiento que persigue a la Humanidad como un castigo divino desde el inicio de los tiempos.

Formada por una estructura tronco-cónica de 12 metros de altura y 8 de diámetro envuelta por una superficie helicoidal, ha sido llevada a cabo por Pedro M. Cabezos, profesor de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura UPV, y los docentes de la Facultad de Bellas Artes UPV Jaume Chornet, Cristian Gil y Leonardo Gómez. La proyección de videomapping ha sido diseñada por el grupo de investigación Laboluz, perteneciente también a la UPV.

Cabezos: "Se trata de volver a los orígenes de las Fallas"

"El monumento", explica Cabezos, "alude a la falta de entendimiento manifiesto que parece haberse enquistado en la sociedad, especialmente entre la clase política, en la que sus líderes, o no son capaces de entenderse, o no se quieren entender. Es como si las siglas y los colores constituyeran una barrera que impide el camino hacia el diálogo y la comprensión. Además de ello, los conflictos armados son otro reflejo de la falta de entendimiento y la incomprensión, por lo que el monumento también quiere hacer referencia y sensibilizar al espectador acerca de las guerras que atormentan al planeta en la actualidad", añade el profesor de la UPV.

El monumento está formado, exclusivamente, por materiales poco contaminantes como la madera, el papel reciclado y el cartón. "Se trata de volver a los orígenes de las fallas", destaca Cabezos, "momento en el que estas se fabricaban con materiales de desecho que se reciclaban. Es por ello que hemos recuperado todo el material desaprovechado a nuestro alcance para la construcción del monumento, en especial, el material de recubrimiento, en el que se ha empleado papel de periódico de desecho".

El caos, simbolizado por el movimiento rotatorio de algunos elementos generado por energía eólica

La falla está coronada por una turbina horizontal que genera movimiento gracias a energía eólica. "Provoca que algunos elementos de la falla se muevan para simbolizar así la actividad caótica que reinaba en la Torre de Babel", apunta Cabezos, quien además señala que se aprovecha el movimiento rotatorio generado por el viento para producir la energía eléctrica que se utiliza para iluminar nocturnamente el monumento.

El interior del monumento, que puede ser visitado, funciona como una sala de exposiciones llena de sorpresas para el espectador.

'Açò no és una creïlla'

Por su parte, la falla infantil lleva por lema Açò no és una creïlla. Según explica Jaume Chornet, investigador del Departamento de Escultura UPV y responsable del monumento, "la falla es una patata, su imagen clara y directa no necesita de aclaraciones que lo expliquen, pero para negar lo indudable tiene por lema 'esto no es una patata', parafraseando el 'Esto no es una pipa' -'Ceci n'est pas une pipe'- de René Magritte, generando contradicciones entre la imagen y la representación del objeto". Los ninots del monumento son pequeñas patatas esculpidas en madera que representan diferentes personajes de la vida real.

Además, el monumento infantil de la UPV incluye las primeras figuras hechas con paja de arroz y serrín de madera de balsa, resultados de un proyecto realizado por investigadores de la UPV pertenecientes a los Departamentos de Dibujo, Informática de Sistemas y Computadores, Construcciones Arquitectónicas y Restauración y Bienes Culturales.