Hace unas semanas se celebró en la UPV la primera edición de TEDxUPValència, la versión local de las conocidas conferencias TED. El formato de charlas cortas, con un máximo de 18 minutos y centrado en el entretenimiento que ha transformado la manera en la que se difunden las ideas y el conocimiento en el mundo. Pero detrás de estas charlas hay meses de preparación y trabajo.
César Gómez-Mora, preparador de oradores, que ha ayudado a los 11 conferenciantes en TEDxUPValència a crear y pulir sus charlas para que consigan dar uno de los mejores discursos de su vida, nos cuenta en esta entrevista las claves para hablar en público y ser un buen orador.
El origen, ¿cómo te surgió la pasión por las charlas y por preparar a oradores?
Trabajé muchos años en marketing de software. Debía hacer charlas sobre ello y fue entonces cuando me di cuenta que eran presentaciones mejorables, tenía carencias. Me empecé a preparar, vi que se podía comunicar mucho mejor. La experiencia me sirvió para descubrir que un buen orador, al contrario de lo que muchas veces se piensa, no nace, sino que evidentemente se hace. Empecé a hacer. Cada vez que recapacitaba veía las posibles mejoras, conforme iba aprendiendo iba detectando errores a subsanar.
¿Cuántas charlas has preparado en tu vida?
Creo que en torno a quinientas en los últimos cinco años que llevo en ello. Han sido charlas para TEDx, Toastmasters, Ignite, Frontenders, Creative Mornings. Y las que vendrán.
¿Recuerdas un momento especial en la preparación de las charlas?
Sí, por ejemplo preparando a Maite Montón o en este TEDxUPValència a Mariano Collantes. Son de ese tipo de intervenciones en las que a pesar de haber escuchado muchas veces las charlas se me pone la piel de gallina al verlas en público, es el resultado de un gran esfuerzo que impacta emocionalmente en el público.
¿Por lo general se habla bien en público en España?
Más allá de los grandes conferenciantes, se habla muy mal en público. No es casual. Es debido a la poca formación, por supuesto también a la cultura del PowerPoint. En EEUU hay un dicho muy habitual: "di lo que vas a decir, dilo y di lo que has dicho". Resume bien la importancia que se la da al lenguaje oral. Luego el PowerPoint se ha acabado entendiendo como una herramienta para la comodidad del presentador, nadie cuestiona la manera cómo se utiliza.
¿Entonces qué debe hacerse para hablar en público?
Antes de nada, darse cuenta de la importancia de la comunicación oral ante los demás. El valor de la comunicación humana cobra mucha importancia en un momento de tanta hiperconexión como el actual, es un gran diferencial. Por eso no conviene descuidarla.
¿Notas que se está mejorando?
Está cambiando a mejor, sí, hay más cultura oral, creo que gracias a eventos como las charlas TED todos tenemos mejores ejemplos positivos, casos de los que querer aprender.
¿Cuál es el proceso de preparación de un orador?
Primero de nada, entrevistarle, conocerle. Les pregunto la idea central de sus charlas, qué idea quieren que se quede, el cambio específico que desean provocar en el público. Les pregunto mucho por qué es importante dejar ese mensaje.
Segundo, un borrador hablado de la charla. El lenguaje escrito y el oral son muy diferentes y es imprescindible provocar, enfrentar el lenguaje oral al escrito. De ahí surgen los grandes cambios e incluso se llega a cambiar la charla por completo.
Tercero, las sesiones para refinar. En cada sesión los cambios pasan a ser más pequeños.
Y por supuesto las imágenes, el apoyo visual; lo pido en las últimas sesiones, porque son aderezo. Para que la charla se sostenga por sí misma y no dependa de la imagen.
Lo último de todo es el ensayo general en el mismo escenario, muchas veces los nervios vienen por el miedo a lo desconocido; cuantos menos factores desconocidos, menos nervios.
¿Y los principales errores de un orador?
No tener un objetivo concreto, intencionado, o bien no plasmar bien ese mensaje, intentar demostrar todo lo que sabes en lugar de transmitir un conocimiento valioso a la audiencia. Es la diferencia entre centrarte en ti mismo en lugar de centrarte en la audiencia.
Un error común es que las diapositivas sean el centro de tu presentación en lugar de ser un apoyo. No se empieza por el PowerPoint, se acaba por el PowerPoint.
Y desde luego, no haber verbalizado antes la charla es un fallo repetido, con lo cual los oradores actúan confusos o hablan robóticos. Lo saben muy bien por escrito, pero no han cruzado el puente entre el lenguaje escrito y el oral.
¿Cuál ha sido el reto más difícil que has tenido en una preparación?
Cuando no soy capaz de explicarle a la persona lo que necesita cambiar. Crees que lo ha entendido, pero he conseguido explicarme bien. Y desde luego, cuando hay una charla con componente emocional muy fuerte. Como preparador me parece delicado decirle a la persona que se desnude emocionalmente.
¿Qué le dirías a alguien que sabe que habla mal en público pero no se decide a cambiar?
Que no se aprende con la teoría, sino hablando en público. Por tanto, le recomiendo que busque las ocasiones en las que puede hablar en público, aunque sea unos segundos, por ejemplo haciendo una pregunta al final de una conferencia.
¿Y a alguien que cree que sabe hablar en público?
Viene muy bien preguntar a dos o tres personas con ojos y oídos frescos sobre qué les ha parecido nuestra charla. Nada como escuchar opiniones honestas para mejorar.
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