El sector agroalimentario de la Comunitat Valenciana realiza un esfuerzo innovador superior a la media de la economía valenciana, tanto en innovación directa como en la inducida, de modo que la idea de que se trata de un sector poco innovador es totalmente errónea. Así lo demuestra un estudio sobre las fuentes de innovación en el sector agroalimentario realizado por el Grupo de Economía Internacional de la Universitat Politècnica de València, en colaboración con la Fundación IVIFA.
Coordinado por el catedrático de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Agronómica y del Medio Natural (ETSIAMN) de la UPV, José Mª García Álvarez-Coque, el informe destaca especialmente la capacidad del sector de inducir innovación en la propia comunidad autónoma, en comparación con el conjunto de la economía valenciana.
Estos resultados se sustentan fundamentalmente en la industria de la alimentación y las bebidas, que realiza un esfuerzo innovador superior (5,58% sobre su valor añadido) tanto al resto de sectores tradicionales (3,35%) como a sectores que siempre se han asociado a una mayor intensidad de innovación, por ejemplo, la industria de manufacturas. Destaca, además, como el sector que mayor arrastre tecnológico tiene en el propio territorio, incluso mayor al que generan los sectores basados en las ciencias.
Del estudio se deriva aún otro dato de especial relevancia: una comparación entre el sector de la industria de la alimentación y las bebidas de la Comunitat Valenciana y el de algunas economías desarrolladas sitúa a la valenciana en un nivel superior en intensidad de I+D al de otras economías mediterráneas, incluida la media española.
Frente a la intensidad en I+D de la industria alimentaria, los resultados no son tan alentadores para el sector primario, que incluye la agricultura, la ganadería, la silvicultura y la pesca. El informe lo sitúa como el sector que menos esfuerzo tecnológico total realiza, incluso por debajo del sector servicios.
En este campo, el estudio se detiene también en la situación del sector citrícola. Este sector, que es el que más peso tiene actualmente en la economía agraria valenciana, se encuentra entre los que menos apuestan por la I+D en toda la cadena del complejo agroalimentario, ya que induce muy poca innovación a escala autonómica.
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