Entre las ventajas del voto por internet, destaca su capacidad para aumentar la participación, especialmente de personas con dificultades para el voto presencial. El sistema simplifica el ejercicio del sufragio a aquellos electores que no pueden concurrir personalmente a votar.
Las elecciones tradicionales pueden suponer un problema para las personas que se encuentren alejadas del centro académico (por residencia u otro motivo); quienes estén realizando una estancia de estudios o investigación en otra parte del país o en el extranjero; o en la actual situación de pandemia, quienes deban aislarse por contacto con un positivo en COVID-19.
En este contexto, la opción de voto electrónico puede mejorar la participación de todos los colectivos de la comunidad universitaria: alumnado, personal docente e investigador y personal de administración y servicios. Frente a la necesidad de utilizar el voto por correo en determinadas circunstancias, la votación electrónica ofrece, además, igualdad de condiciones a todos los votantes: cada persona podrá decidir la orientación de su voto hasta el último momento, sin necesidad de adelantar su decisión por los plazos siempre acortados del voto anticipado por correo.
Se evitan también imprevistos, como retrasos o pérdidas del correo, incluida la pérdida de documentación por parte de la persona que vota. Por último, el sistema de voto electrónico permite comprobar que el voto se ha contabilizado a través de un recibo.
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