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Entrevista Alumni UPV

Ariel Perea Díaz, nuevo embajador Alumni de la UPV en Londres, donde reside actualmente, nos cuenta su experiencia internacional

[ 04/02/2016 ]
Entrevista Alumni UPV

Ariel Perea Díaz es arquitecto de la Universidad Nacional de Córdoba y homologado por la Universidad de Sevilla, y Máster en Arquitectura Avanzada, Urbanismo, Diseño y Paisaje de la Universitat Politècnica de València (en 2013).


Desde 2002 trabajó como diseñador de parques de ocio y entre 2008 a 2012 en el ámbito de la acción social, educación de jóvenes y adolescentes en España y Argentina. Desde 2012 se formó en temas relacionados con la Sostenibilidad y el Emprendimiento con Climate KIC en las principales universidades y capitales de Europa. El 2015 obtuvo el tercer premio MH17 MEMORIAL + PARK de la organización Matter Better y con el mismo proyecto fue seleccionado como ARQADIA 2015 en Argentina dentro de la categoría de Arquitectura.


Recientemente se ha incorporado como consultor y representante para los países latinoamericanos de la organización Rootability, que es una empresa social que promueve la sostenibilidad en las universidades europeas, mediante la creación y el apoyo a los estudiantes apoyando las Green Offices, equipos y proyectos.


Actualmente están trabajando entre Holanda, Alemania, Italia, Reino Unido con 15 Unidades de trabajo en universidades pioneras en Sostenibilidad y Cambio Climático. Combina esta actividad con emprendimientos comunitarios en Londres.


-Eres argentino, estudiaste en Valencia y ahora resides en Londres, tu perfil es internacional ¿Qué te llevó a estudiar y trabajar en sitios tan lejos de tu tierra natal?


Hace 14 años decidí explorar el mundo, con mi título de arquitecto y un sueño que me alimentaba. Aterrice en España, concretamente en Valencia. A los pocos días de llegar encontré un trabajo en un despacho de Arquitectura y una cosa me llevó a otra y al cabo de un año estaba trabajando como diseñador de parques temáticos.


En paralelo a mi actividad como profesional también exploré áreas que siempre me habían llamado la atención y comencé una formación en Alimentación Macrobiótica, entre Valencia y Francia, así como yoga y meditación.


En plena crisis económica de España retomé mi búsqueda y me focalicé en temas de sostenibilidad. Encontré en la UPV el Máster de Hábitat Sostenible y no solo me reciclé como Arquitecto sino que empecé a buscar más respuestas que me llevaron a pasar unas semanas en un entorno aislado en Letonia desarrollando, junto a un equipo multinacional, un evento urbano y sostenible.


Luego decidí pasar una época en Nottingham, Reino Unido para fortalecer mí siempre abandonado nivel de Inglés y después de eso vinieron varios cursos de formación en paralelo sobre Cambio Climático y emprendimientos, pasando semanas de intenso trabajo en la Universidad de Kassel (Alemania), en la Summer School de Climate Kic, visitando universidades y empresas en París, Londres y Berlín. Ese mismo impulso me llevó entre 2014 y 2015 a embarcarme en un curso de formación sobre ciudades sostenible visitando Rotterdam, Paris, Copenhague y Londres. Siempre he sabido que si quería profundizar en algunos temas tenía que salir de nuestra zona de confort, y cuando estas oportunidades surgieron, no lo dude ni un segundo.


En cada uno de mis viajes nunca dejo de sentir que soy un cordobés de Argentina, con mi acento y mis añoranzas de algunas costumbres que mantengo en cada encuentro por el mundo con otros nacionales. Nunca he descartado entablar lazos con mi ciudad natal, volver a trabajar allí, etc. Está claro que será así, más que nada con el proyecto que con Rootability estamos llevando adelante.


-¿A qué te dedicas? ¿Qué es RootAbility?


Actualmente soy uno de los representantes de los países latinoamericanos en RootAbility y emprendedor en temas de Sostenibilidad en la que estoy desarrollando varios proyectos comunitarios y de carácter cultural relacionados con Arquitectura, Paisajismo, consumo y creatividad.


Rootability es una organización que está creciendo rápidamente dentro de las Universidades en el Norte de Europa y es pionera en estos temas. Como ejemplo de ello recibieron uno de los primeros ganadores del Premio UNESCO-Japón para proyectos pendientes relacionados con la Educación para el Desarrollo Sostenible (EDS).


El Premio UNESCO-Japón fue para honrar a los esfuerzos sobresalientes de individuos, instituciones y organizaciones que participan en actividades de EDS (Education Sustainable Development) y los primeros ganadores del premio fueron anunciados por el Director General de la UNESCO, Irina Bokova.


Rootability recibió el premio por su iniciativa "Green Office Model", que capacita a los jóvenes como agentes de transformación para fomentar un enfoque integral hacia la institución de la EDS. Sus principales actores son estudiantes universitarios que forman Green Offices implicando así mismo a su equipo docente y administrativo en la institución. Aprenden a manejar sus propias actividades, como el reciclaje de residuos, la eficiencia energética y la restauración sostenible, así como el aumento de su propia financiación. Las mismas ya se han establecido en seis países europeos y se ha convertido en un proyecto completamente creíble y divulgador. Además fue seleccionado como ganador de entre cientos de aplicaciones de todo el mundo. El premio fue de $50,000, el cual será empleado para impulsar sus esfuerzos a difundir aún más el modelo de Green Offices y fortalecer el Movimiento Green Offices en sí mismo.


La empresa social abrió las puertas de la Universidad de Maastricht Green office en septiembre de 2010. Cinco años más tarde, ha abierto catorce oficinas verdes financiadas en las universidades y las universidades de Ciencias Aplicadas en seis países, y tiene previsto abrir varias más. El premio refuerza el reconocimiento y el valor del Modelo de trabajo de Green Office.


-¿Cómo es la vida en Londres?


Esta pregunta da mucho juego (risas). Todos hemos leído y visitado alguna vez esta ciudad. Pero, sin lugar a dudas, hasta que uno no forma parte de ella, no se es consciente de su realidad como ciudadano.


Es una ciudad vibrante y donde se oyen muchas historias de éxitos y fracasos. Soy un afortunado de tener amigos y conocidos viviendo muy interesantes experiencias. Sin dudas es un sitio de oportunidades, pero eso no significa que sea fácil. Al contrario todo puede suceder.


Hay mucha oferta laboral, pero también mucha rotación; la gente se mueve mucho buscando mejoras de todo tipo. La ciudad es muy grande, el transporte es muy caro y la vivienda es casi inaccesible hasta para los propios británicos.


Según mi punto de vista es una ciudad que ofrece muchísimo para el turista y la gente joven que quiere aventurarse a probar cosas nuevas y desafiantes. Cada zona o área en la ciudad es una nueva ciudad, un laberinto que nunca terminas de conocer. Tienes que trabajar la claustrofobia en las horas punta del metro, prepararte para tener todas las inclemencias climáticas en un mismo día, cruzar los dedos para que no tengas muchos rollos en abrir la cuenta del banco. En fin, es una ciudad interesante, una burbuja en un país que parece ser muy distinto. Y ese término lo sabemos muy bien lo que significa los que venimos de España.


-¿Qué consejos podrías dar a un estudiante que quisiera venir a vivir o estudiar a Londres?


Yo he aprendido que es un sitio para hacer lo que amas, para hacer lo que tu corazón te dice. Nada más lejos de la realidad. Y lo que digo, lo digo desde mi más humilde posición.


Yo me vine en un Summer school de Climate Kic; me entrevisté con una pequeña organización que trabaja con proyectos europeos y fui seleccionado para pasar con ellos nueve meses. Fue una experiencia brillante, mi sueño se hacía realidad; viaje por más de diez países, realice más de diez workshops que iban desde temas de energías renovables, educación, nuevas tecnologías, migraciones y cambios culturales. Mi nivel de inglés mejoró muchísimo. Pero el sueño acabó y empecé mi búsqueda como arquitecto; envié miles de CVs y portfolios, y nunca nadie me llamó para una entrevista. Mientras tanto gane un premio internacional de ideas de Arquitectura con mi equipo de trabajo individual. La situación era tan contradictoria y frustrante.


Seguí embarcado en proyectos internacionales que iban desde el género humano hasta la realidad aumentada. Hasta que llegó un curso internacional sobre cambio climático y ciudades. Allí conocí a mucha gente nueva en la misma búsqueda. Y entre café y café surgió la idea de las Green Office de Rootability. De las primeras ideas a lo que hoy es, me acompaña un compañero de trabajo, Marcelo Sabanes. Toda mi admiración el compartir este lugar con un profesional altamente comprometido, con veintiún años de experiencia internacional y especializado en la dirección y gestión de proyectos, Ingeniería de Procesos, desarrollo sostenible y mitigación y adaptación al cambio climático, con énfasis en el desarrollo de capacidades y políticas públicas más eficientes, formación y el diseño e implementación de estrategias y planes de acción para una mayor sostenibilidad y mejor integración social, capaces de producir resultados tangibles y con un mayor equilibrio entre el desarrollo social, económico y medioambiental. Todo un erudito.


-Has sido alumno de la UPV, ¿qué recuerdos guardas especialmente de tu etapa universitaria?


Fue una etapa de mucha búsqueda y un descubrimiento constante en una organización tan grande, con tantos recursos y caminos por tomar. Lo disfruté mucho, conocí muchos compañeros de distintos países y con muchas motivaciones tan diferentes. Con algunos y algunas aún sigo manteniendo el contacto. Lo mismo para con el personal docente, con algunos de ellos empatizamos muy bien y lo más interesante es que sé que vamos a hacer cosas juntos, quedó tanto por hacer y recorrer.


-Ahora eres embajador UPV en la ciudad de Londres ¿Qué crees que te puede aportar formar parte de Alumni UPV y, en particular, el chapter de Londres?


Es una oportunidad maravillosa y de la que estoy muy agradecido. Ser miembro del equipo de la UPV es ser parte de un engranaje institucional en la que me he estado preparando los últimos años y con la ventaja de haber estado de ambos lados, primero como estudiante y desde dentro y ahora como graduado y colaborador.


Tengo una amplia experiencia de trabajo con las organizaciones que se especializan en dar impulso a la sostenibilidad en todos los sectores empresariales y educativos europeos. También he adquirido un amplio conocimiento teórico y práctico de la entrega de proyectos exitosos, trabajando con multitud de países europeos y latinoamericanos. El mundo ha cambiado mucho en los últimos años y seguirá cambiando de manera imparable. Las universidades son instituciones tan grandes y de entramados tan complejos que, a veces, no tienen tiempo de ir a este ritmo porque sus procesos internos son otros y eso, hay que comprenderlo.


Esta fórmula desarrollada por el equipo Alumni de la UPV, creando sedes como lazos en otras capitales es lo que quizás todos estábamos esperando. Estoy convencido de que las universidades preparan a miles de estudiantes para su salida con éxito al mercado laboral y esta podría llegar a ser una forma de generar feedback y knowhow en las aulas. Esa sensación que quizás muchos hemos tenido cuando hemos dejado de ser alumnos empieza a encontrar una respuesta.


El chapter Londres es clave, sin lugar a dudas. El mundo gira entorno a esta maravillosa ciudad -la más poblada de Europa- y nada mejor como sentirse rodeados de profesionales con un punto de origen en común. Estoy convencido de que, lo que hoy es una semilla, se convertirá en un hermoso árbol.


-¿Qué le dirías a los alumnos y titulados de la UPV que puedan verse reflejados en ti?


Qué responsabilidad tan grande en dar esta opinión. A los alumnos les diría que un mundo de oportunidades está ahí afuera. Sobre todo y lo que a mí mismo me hubiese gustado escuchar en algún momento es la importancia de creer en uno mismo y en sus posibilidades. Que independientemente del contexto socio-económico que a todos nos ha tocado vivir en nuestros países, ciudades, universidades, etc. uno tiene que velar por la formación y la responsabilidad de hacerlo de manera consciente.


Aspirar a que, todos esos cambios que queremos que se produzcan, vengan generados principalmente por las actuaciones de cada uno a nivel individual y, por ende, actuar en nuestros colectivos y comunidades. Velar por la responsabilidad y, con miras a un futuro próximo, velar por la profesionalidad que demanda un entorno competitivo.


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