Tras el éxito de su experiencia piloto inicial durante el presente curso, la Universitat Politècnica de València (UPV) ha decidido multiplicar por diez, de cara al próximo, su apuesta por la clase inversa, el modelo metodológico docente que permite al profesorado generar videos de alta calidad con tecnología UPV que el alumno visualiza en casa y que promueve clases mucho más prácticas, una mayor interacción profesor alumno y una contrastada mejora en el rendimiento universitario.
Así, si durante el curso 2014-2015, 30 profesores de la UPV impartieron 20 asignaturas -en la Facultad de Administración y Dirección de Empresas y la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Informática- con el modelo de la clase inversa, para 2015-2016 son ya 250 docentes de los tres campus de la UPV -Valencia, Gandia y Alcoy- los decididos a impartir más de 200 asignaturas siguiendo esta innovadora metodología.
Supera el modelo tradicional de clase magistral en el aula
Basada en la integración de los métodos flipped classroom (aula invertida, donde los alumnos llevan a cabo el aprendizaje conceptual en casa a través de videos online) y blended learning (aprendizaje semipresencial, en el que la docencia combina de manera equilibrada recursos virtuales y físicos) con las más avanzadas tecnologías de producción de contenidos docentes de la UPV, este modelo supone, en palabras de Vicent Botti, vicerrector de las Tecnologías de la Información y de las Comunicaciones de la UPV, "una auténtica revolución docente".
A partir de la creación de nuevos contenidos educativos multimedia por parte de los propios profesores, la clase inversa supera el modelo tradicional de lección magistral en el aula, y permite al alumno visualizar y estudiar estos contenidos en casa, para así poder destinar el tiempo de clase a profundizar en los conocimientos adquiridos, debatir sobre los mismos y mejorar la asimilación de los conceptos. "Con la clase inversa, los deberes se llevan al aula, y no al revés", indica Botti.
"Con este modelo, el profesor puede hacer un seguimiento más detallado del alumno, las clases son mucho más prácticas y hay una interactuación total con el alumno, lo que redunda finalmente en una evidente mejora de su rendimiento y su cualificación", explica el vicerrector de la UPV.
Favorece la motivación del alumnado y evita los sobresfuerzos finales
"Nuestro objetivo", prosigue Botti, "es que en el futuro todos los profesores sean capaces de aplicar esta metodología docente en sus asignaturas. Las primeras pruebas que hemos realizado constatan sus beneficios: la clase inversa motiva mucho más a los alumnos y profesores, aumenta la interacción y el tiempo de contacto personalizado entre unos y otros, y los estudiantes obtienen una educación más individualizada y adaptada a sus necesidades".
"Además", añade, "la clase inversa favorece que el alumno lleve al día el trabajo, evitando la necesidad de realizar esfuerzos finales de cara al examen".
El siguiente desafío de una universidad que apuesta por la innovación
La apuesta por la clase inversa supone un paso más en la innovación docente en la UPV que, a lo largo de los últimos años ha puesto en marcha servicios como Polimedia (que permite crear contenidos multimedia como apoyo a la docencia presencial) o los videoapuntes online (grabaciones virtuales en alta definición de las clases a las que el alumno puede acceder a través de Poliformat, la plataforma de teleformación de la UPV).
Al mismo tiempo, la UPV se ha convertido en una de las universidades de referencia en el ámbito de los cursos MOOC (cursos masivos abiertos online), donde está integrada en edX, la plataforma de mayor prestigio internacional en este ámbito.
"La clase inversa es el siguiente desafío en nuestra constante apuesta por la innovación educativa. Se trata, sin duda, de una revolución en la forma de enseñar y aprender, una revolución que, además, nos beneficia a todos", concluye Vicent Botti.
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