Moncofa, 1951. Avelino Corma llegó al mundo el 15 de diciembre de 1951, en la localidad castellonense de Moncofa. Hijo de Avelino Corma, jornalero de profesión, y Dolores Canós, modista y maestra de corte y confección, es el mayor de tres hermanos.
Preguntas en la huerta. Fue el huerto de melones, patatas y tomates que ayudaba a cuidar con su padre el que despertó su curiosidad: "Cuando estás en el campo, las dudas te surgen continuamente, y fue allí donde empecé, siendo un niño, a hacerme preguntas de todo tipo, a intentar saber cómo funcionaban las cosas y a buscar la manera de mejorarlas"
Noches universitarias... de laboratorio. Apasionado por la química desde muy joven, Avelino no fue un estudiante normal durante sus años en la Facultad de Química de la Universitat de València, donde se licenció en 1973: "No solo no iba a clase en muchas asignaturas para llevar a cabo experimentos en el laboratorio, sino que llegué a convencer a un profesor para que me dejara las llaves del departamento y poder pasar allí las noches investigando".
A Canadá, sin saber inglés. Tras doctorarse en la Universidad Complutense de Madrid (1976), Corma realizó un postdoctorado en la Queens University de Canadá: "Quería salir, conocer otras maneras de trabajar, y allí me fui, sin saber inglés. A los tres meses me pusieron a dar clase. Fue un bautismo de fuego durísimo".
El ITQ, fundado en un parking. En 1990, Corma decide fundar el Instituto de Tecnología Química (ITQ). La UPV le cede para ello un antiguo aparcamiento de coches sobre el que creó su primer edificio de investigación. El entonces rector de la UPV, Justo Nieto, vaticinó el día de su inauguración: "Hoy inauguramos un instituto dentro de una universidad, pero conozco al profesor Corma y pronto seremos una universidad dentro de un instituto".
Iluminado por el Sol de Justicia. "Sol Iustitiae, Illustra Nos" es el lema de la prestigiosa Universidad de Utrecht (Países Bajos). Fundada en 1636 y entre las 60 mejores del mundo según el ranking de Shanghái, fue la primera - en 2006 - en investir doctor honoris causa al excepcional químico de Moncofa. Con la Universidad de Bucarest este año, ya son 10 las que han otorgado Corma la máxima distinción universitaria en todo el mundo.
Profeta en su tierra. Los éxitos de Corma no pasan desapercibidos en su Moncofa natal. Hijo predilecto del pueblo, la avenida principal y el colegio llevan su nombre. Fue en 2002 cuando el Ayuntamiento decidió rebautizar el Camino al Mar como Avenida Avelino Corma. Ocho años más tarde, en 2010, el hasta entonces Colegio Cervantes (donde él estudio en párvulos y primaria), tomó también el nombre del afamado químico.
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