
La inteligencia artificial generativa podría agravar las desigualdades laborales y poner todavía más en riesgo a los trabajadores más vulnerables, si no se impulsan las políticas públicas adecuadas. Así lo advierte un estudio realizado por un equipo de la Universitat Politècnica de València (UPV) y la Universidad Tecnológica Atlántico-Mediterráneo (UTAMED).
La investigación forma parte del proyecto OdiseIA y Google cAIre desarrollado por el Observatorio del impacto social y ético de la inteligencia artificial con el apoyo de Google Charity.
“Nuestro estudio ha consistido en analizar los principales actores involucrados, las soluciones tecnológicas existentes que podrían mitigar los impactos negativos o potenciar los positivos de la IA generativa en el mercado laboral, y los casos de éxito donde la IA generativa ha impulsado la innovación, especialmente en grupos vulnerables, con el fin de proponer políticas públicas y estrategias éticas aplicables en el mercado laboral que minimicen los impactos negativos y aprovechen los positivos de la IA generativa”, explica María de Miguel, profesora de la UPV y coordinadora del estudio en la UPV.
El estudio identifica nuevos grupos vulnerables. Por un lado, las personas mayores, que ven ampliada la brecha digital con la llegada de la IA generativa. Por otro, los jóvenes que se incorporan al mercado laboral, quienes ocupan puestos fácilmente automatizables o carecen de formación suficiente para aprovechar estas herramientas. Además, el trabajo apunta hacia un nuevo tipo de vulnerabilidad económica: quienes no pueden acceder a las versiones profesionales de las aplicaciones de IA generativa, que suelen ser de pago.
“El reto no es solo tecnológico, sino profundamente social. Necesitamos políticas que garanticen que la IA sea una herramienta para el bienestar colectivo, no un instrumento de marginación”, añade Jeremy Mederos, investigador de la Universidad Tecnológica Atlántico-Mediterráneo (UTAMED). En este sentido, las políticas de recalificación y formación son fundamentales.
Otra de las principales conclusiones del trabajo es la ampliación del concepto de vulnerabilidad laboral. Hasta ahora, se asociaba principalmente a personas mayores; sin embargo, el equipo de la UPV y la UTAMED señala que la IA generativa también impacta en sectores económicos completos, como las industrias culturales y creativas, donde la falta de formación tecnológica incrementa el riesgo de exclusión.
En su estudio, el equipo de la UPV ha analizado casos reales en colectivos con discapacidades físicas, sensoriales e intelectuales. También ha estudiado el impacto de la IA en el sector de la industria musical, uno de los más expuestos a los cambios que introduce la inteligencia artificial. En este ámbito, el proyecto se ha desarrollado en paralelo con la iniciativa europea Music360, junto con los profesores de la UPV Blanca de Miguel y Daniel Catalá, para desarrollar estrategias éticas adaptadas a las nuevas necesidades del mercado.
Según el estudio, los profesionales de los videojuegos, la ilustración y la traducción son los que se sienten más amenazados por la IA generativa, ya que temen ser sustituidos por herramientas automatizadas que aún carecen de control de calidad. En cambio, sectores como la música, la arquitectura, el diseño o el audiovisual perciben la IA más como un apoyo en etapas específicas del proceso creativo.
Los profesionales de la comunicación son los que mejor se adaptan, integrando la IA generativa como aliada para tareas de documentación o síntesis. En este sentido, ChatGPT, Gemini o Perplexity son las herramientas más empleadas como apoyo, mientras que Adobe, Photoshop o Canva incorporan la IA en procesos ya consolidados.
El trabajo aboga también por la necesidad de adoptar un enfoque ético y centrado en las personas. El equipo de la UPV subraya la importancia de garantizar la transparencia en los procesos de IA generativa, ofrecer formación adecuada a los trabajadores y fomentar un liderazgo ético en el desarrollo y aplicación de estas tecnologías.
“Debemos saber de qué contenidos se nutre la IA generativa, cómo se toman las decisiones y qué impacto tienen en las personas. Hemos de trabajar mucho para que las políticas públicas garanticen un impacto positivo y justo de la IA generativa en el empleo. El desarrollo tecnológico debe ir acompañado de medidas sociales que eviten la exclusión”, concluye María de Miguel.
Más información sobre el proyecto: www.odiseia.org/proyecto-google-charity y www.music-360.eu
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