Javi, valenciano. Marta, murciana. Él, procedente del Colegio Alemán. Ella, del programa francés Bachibac. Uno ha decidido estudiar el Doble Grado en Ciencia de Datos e Ingeniería de Organización Industrial. La otra, Ingeniería Aeroespacial.
Sin embargo, aunque al principio pueda no parecerlo, ambos tienen muchas cosas en común. Para empezar, los dos aterrizan en la Universitat Politècnica de València (UPV) con la nota perfecta, un 14 de 14 insuperable que les ha dado la oportunidad de elegir su camino a seguir. ¿Cómo lo han conseguido? Ellos mismos nos brindan las claves.
“Yo creo que hay dos cosas muy importantes”, afirma Javi. “Lo primero es el trabajo constante, porque el 14 no es el resultado de los exámenes que haces al final, sino de todo lo que dedicas a las asignaturas durante el curso y de esa ilusión de trabajar a diario. No es necesario matarse a trabajar todos los días, sino simplemente estar al día y llevarlo todo bien. Y lo segundo, que es lo más importante para mí, cuando llegas a un examen, tú sabes que has estudiado, que tienes todo el temario en la cabeza. No tienes que ponerte nervioso. Tienes que confiar en ti y decirte: ‘Lo sé todo, voy a sacarlo y voy a por el 10’. Ir con esa seguridad y esa confianza al examen es lo que hace que salga bien”, explica convencido... y avalado por los resultados.
Un pensamiento similar mantiene Marta. “Al final”, señala, “todas las personas que han sacado buena nota, treces y pico, estudian, se esfuerzan y tienen mucha disciplina y constancia. Yo diría que lo más importante es tener confianza en uno mismo y confiar en que los nervios no te van a afectar a la hora de hacer el examen, pensar que tú lo puedes conseguir. Nuestro obstáculo somos nosotros mismos. Si confías en ti, estudias y lo llevas todo al día, al final, todo esfuerzo tiene su recompensa”.
“Yo siempre he dicho que quería estudiar ingeniería”, cuenta sonriente Marta. “Desde que era pequeña, lo decía: ‘¡Voy a ser ingeniera’, porque las mates, la física, siempre me han apasionado…”.
“El problema”, explica, “llega a la hora de elegir la ingeniería. Es complicado, porque hay muchísimas, y de primeras, no sabes si te va a gustar más esta o la otra. Durante estos dos últimos años de Bachillerato he intentado hablar con todos los ingenieros que he podido, y al final, un día, en el gimnasio, conocí a un chico que había estudiado ingeniería aeroespacial, me dio su número y charlando con él, me habló muy bien de la carrera. Me interesó muchísimo, y como en mi familia -tanto Marta como Javi provienen de familias de ingenieros- no hay nadie que sea ingeniero aeroespacial dije, ‘pues bueno, que haya un poco de variedad’… y aquí estoy”, dice con naturalidad.
En cualquier caso, aunque ambos niegan tener referentes concretos, en los dos casos subyace al escucharles una evidente influencia familiar en sus caminos. “Referente como tal no tengo ninguno”, responde Javi, “como tampoco una aspiración concreta. Todo este campo me apasiona. Mis padres son ingenieros y me han hablado muy bien de esta universidad, que conozco bien además porque estuve de pequeño en AVAST -Asociación Valenciana de Apoyo a las Altas Capacidades, ubicada en el campus de Valencia de la UPV-. Además, la UPV te abre muchas puertas al extranjero y es una de las universidades más grandes de España y del mundo. Creo que es una universidad donde, además de poder tener salidas, voy a ser feliz mientras hago esto”.
“Yo tenía dudas entre la politécnica de Cartagena y la de Valencia”, recuerda Marta, “porque soy de Murcia, pero tengo muchos familiares ingenieros, la mayoría han estudiado aquí en la UPV y me han hablado súper bien del campus, los profesores, de cómo se estudia aquí… y bueno, al final, ingeniería aeroespacial no hay en Cartagena. Además, así voy a estudiar en Valencia, que es una ciudad que me encanta y que, desde que llegué, me ha enamorado”.
Mirando al futuro, Marta, “muy fan de cine, el gimnasio y los libros” y que siempre saca tiempo los viernes para salir con sus amigas –“era y es mi día de descanso”- piensa inicialmente a corto plazo. “Lo primero de todo que me gustaría es sacarme la carrera en los años que son, 4. Luego tengo pensado hacer un master y, después, trabajar un tiempo en el extranjero y seguir hablando en inglés y francés, que son idiomas que me encantan, conociendo gente nueva… Pero luego, quiero volver a España y formar aquí una familia”, sueña ilusionada.
Por su parte, Javi, apasionado para desconectar del piano, el coro de su colegio (al que sigue yendo), el fútbol -cuya filia principal prefiere mantener en el anonimato…- y el pádel, se imagina “estar fuera de España unos años ganando experiencia, conociendo gente y manteniendo un buen nivel de inglés y alemán. Y luego, seguramente, volver, porque es aquí donde tengo a mi familia, a mi grupo de amigos y porque, al final, la vida en España, y en concreto en Valencia, es maravillosa. Como aquí no se está en ningún sitio”.
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