El cáncer de mama es una de las enfermedades más comunes y mortales en mujeres en todo el mundo. A pesar de los avances en el diagnóstico y tratamiento, sigue siendo una enfermedad difícil de tratar y con una alta tasa de mortalidad. Por esta razón, la búsqueda de nuevos compuestos y terapias es esencial para mejorar la supervivencia y calidad de vida de las y los pacientes.
En este contexto, un equipo multidisciplinar del Instituto de Tecnología Química (ITQ), centro mixto de la Universitat Politècnica de València (UPV) y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y la Louisiana State University (LSU) de EEUU ha demostrado por primera vez en modelos de cáncer de mama las propiedades antitumorales de análogos estructurales de diferentes metabolitos naturales. Sus resultados fueron publicados en la revista Cancers
En concreto, el trabajo se centra en el tanshinone IIA, aislado de la planta de Salvia miltiorrhiza, y el carnosol, que se encuentra en el romero (Salvia Rosmarinus). “Ambos compuestos han mostrado actividades anticancerígenas en pruebas de laboratorio e in vivo. Sin embargo, apenas existen estudios sobre las propiedades farmacológicas de los análogos estructurales de estas moléculas”, apunta Miguel Angel González Cardenete, científico titular del CSIC en el Instituto de Tecnología Química.
En su estudio, los investigadores del ITQ sintetizaron análogos de tanshinone y carnosol, mediante un proceso sostenible a partir de materiales procedentes de la resina del pino, y el equipo de la Profesora Fatima Rivas (LSU) evaluó su actividad antitumoral en líneas celulares de cáncer de mama, incluyendo modelos de cáncer de mama triple negativo (sin receptores hormonales de estrógeno y progesterona ni del receptor 2 del factor de crecimiento epidérmico humano, HER2).
“Este subtipo de cáncer de mama es muy agresivo, de rápido desarrollo y bajas tasas de supervivencia y al carecer de los tres tipos de receptores más habituales no responden a la terapia anti-hormonal o anti-HER2 por lo que existen pocos tratamientos de quimioterapia eficaces y muy costosos”, apunta Fátima Rivas.
Los resultados mostraron que varios de los análogos inhibieron la proliferación de células de cáncer de mama y aumentaron la muerte celular programada en concentraciones muy pequeñas y con índices de selectividad respecto células no tumorales moderados.
Estos hallazgos sugieren el potencial de los análogos de tanshinone y carnosol para el desarrollo de nuevos agentes terapéuticos contra el cáncer de mama. “Sin embargo, se necesita seguir investigando para comprender completamente los mecanismos de acción subyacentes y validar la eficacia de estos compuestos en modelos animales y ensayos clínicos antes de su posible aplicación en el tratamiento del cáncer de mama”, concluye Miguel Angel González Cardenete.
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