Ahora que se cumple el 10º aniversario del inicio de las encuestas Pegasus, es el momento de hacer un análisis temporal para ver cómo han ido evolucionando los registros generales. Y es que, aunque los resultados se han mantenido siempre en un promedio aceptable, es cierto que en los primeros tiempos hubo un descenso paulatino de la puntuación. Fueron cuatro años de caídas sostenidas que solo empezaron a remontar en 2012.
Hoy por hoy, la UPV disfruta de una importante recuperación en la valoración media que los usuarios hacen de los servicios que presta. Hasta tal punto es relevante esta mejora que, en 2016, se ha marcado un récord histórico en este descriptor.
Pero empecemos por el principio. En 2008, la UPV inició sus encuestas con unos resultados muy positivos: un 7,19 de valoración media, un dato que está por encima de la evaluación general de otras instituciones. Un año después, la nota descendió una décima y, en el siguiente sondeo, el bache fue más acusado (más de medio punto). Esta situación se prolongó tres años más, con registros más o menos similares.
Dicen los expertos que estos fenómenos suelen ocurrir. Puede pasar que, tras un arranque favorable, las expectativas de los usuarios vayan aumentando poco a poco, y estos terminen por mostrarse insatisfechos y finalmente, decidan valorar a la baja la ejecución de los servicios, cuando la calidad del proceso cae ligeramente e incluso aunque el nivel de las prestaciones se mantenga.
El punto de inflexión llegó en 2012, cuando se produjo una ligera mejoría. La recuperación de los resultados se fue gestando, poco a poco, entre 2013 y 2014 y se consolidó definitivamente en 2015. En el último sondeo, el de 2016, la valoración media ofrece incrementos sustantivos en la gran mayoría de descriptores y colectivos, tanto es así que sobrepasa en más de un punto el dato del año anterior y supera en medio punto la mejor marca de la serie, obtenida en 2008.
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