El compromiso de la Universitat Politècnica de València (UPV) con el medio ambiente no se detiene en las palabras. Le acompañan los hechos. Hechos como la reducción, en más de un millón de euros -en concreto, de 1.217.438,48 €-, de la factura de energía eléctrica en un año, o el descenso de la misma, desde 2010, en un 35,26%.
Decidida, y formalmente comprometida a ser carbono neutral -momento en que se emita la misma cantidad de dióxido de carbono a la atmósfera de la que se retira por distintas vías, dejando un balance cero, también denominado huella cero de carbono- en 2050 tras su adhesión a la Carta sobre el Estado de Emergencia Climática, la UPV lleva años trabajando en esa dirección.
No en vano, en mayo de 2009, la UPV se convirtió en la primera universidad española con un sistema de Gestión Ambiental verificado según EMAS, el reglamento europeo más exigente en materia de sistemas de gestión ambiental, revisado anualmente y que debe revalidarse cada tres años. De hecho, a día de hoy, la UPV es la única universidad pública española con este prestigioso sello de calidad medioambiental.
La UPV, que incluyó en su Plan Estratégico 2015-2020, entre sus objetivos, conseguir ser una organización capaz de medir, reducir y difundir su huella de carbono, ha logrado dicha meta, circunstancia que permite, además, el establecimiento de objetivos anuales.
En esta apuesta decidida por el cuidado del entorno, la UPV está inscrita en el Registro de huella de carbono, compensación y proyectos de absorción de dióxido de carbono del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, algo que, en toda España, tan solo 4 universidades más han hecho: la Universidad Miguel Hernández de Elche, la de Zaragoza, la Politécnica de Cartagena y la Universidad de San Jorge (Zaragoza).
Gracias a ello, desde 2014, la UPV calcula la huella de carbono de su actividad para los llamados alcance 1 y 2, y utiliza las herramientas de cálculo que establece el Ministerio. Este cálculo permite incluir, en el Sistema de Indicadores Ambientales de la UPV, la huella de carbono como un indicador ambiental global de la universidad.
Tras cuatro años consecutivos de reducción de su huella de carbono, la UPV ha conseguido el sello que otorga el Gobierno de España, "Calculo, reduzco", por la disminución del 6,69 % de la media de la intensidad de emisión en el trienio 2016-2018, con respecto al 2015-2017, para el alcance 1+2.
Para el cálculo de la huella de carbono se establecen tres niveles de alcance. Como alcance 1 se definen las emisiones directas de gases de efecto invernadero (GEI), que son las que provienen de la combustión de las calderas, grupos electrógenos, vehículos de la UPV y combustible, utilizados en las actividades de investigación y servicios. También contabiliza, asñi mismo, las fugas de gases refrigerantes del aire acondicionado.
El alcance 2 son las emisiones indirectas de GEI, asociadas a la generación de electricidad adquirida y consumida por la UPV. En este apartado se incluye la energía consumida de fuentes renovables.
Y, por último, el alcance 3, es el que no se incluye, por el momento, en el cálculo de la huella de carbono de la UPV y se refiere a "otras emisiones indirectas". Alcance 3 contabiliza la movilidad de la comunidad universitaria, los viajes de trabajo con medios externos, así como las emisiones de GEI asociadas a las actividades realizadas por terceros o el consumo de productos y servicios que la universidad adquiere.
Desde 2014, la mayoría de objetivos establecidos por la UPV han ido dirigidos a reducir el alcance 2. Así, se están mejorado los envolventes de los edificios, que inciden directamente en la mejora de la eficiencia energética en el uso de la climatización, y se están cambiado ventanas y tabiques para mejorar el aislamiento de los edificios.
También se ha asegurado que el 100% de la electricidad suministrada a la UPV proceda de fuentes renovables o de cogeneración de alto rendimiento, incluyendo este requisito ambiental en el expediente de contratación.
Por ello, toda la energía consumida por la universidad procede de la empresa Nexus Energía, compañía controlada por la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia. Además, se ha optado por iluminación a base de LED, y se están sustituyendo, en algunos edificios, equipos de climatización por otros más eficientes.
En el caso de la UPV, la huella de carbono es un indicador más que forma parte del Sistema de Gestión Ambiental de la UPV, por lo que, anualmente, una empresa acreditada verifica y valida los datos de cálculo de la misma.
Por último, cabe destacar que, tanto la Comisión Europea como el Gobierno de España, tienen en cuenta, a la hora de evaluar proyectos de investigación, que la institución que los presente esté certificada según EMAS e inscrita en el Registro de huella de carbono, compensación y proyectos de absorción de dióxido de carbono, requisitos ambos cumplidos por la UPV.
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