Poner en valor la diversidad genética almacenada en las variedades tradicionales de tomate y aumentar su resistencia es el objetivo del proyecto TRADITOM, en el que participan 16 instituciones de 8 países, entre ellas el Instituto de Biología Molecular y Celular de Plantas, centro mixto de la UPV y el CSIC, y el Instituto de Conservación y Mejora de la Agrodiversidad Valenciana de la Politècnica de València.