A través de la ciencia y el conocimiento combaten uno de los problemas más acuciantes y graves del mundo: la contaminación “plástica” de nuestros mares y océanos. Nos referimos a Proluo, el equipo más marino del programa Generación Espontánea de la UPV. Ahora, ha creado una nueva ‘arma’ en esta lucha: Blau 0.5, un prototipo capaz de recoger muestras de microplásticos de nuestros mares y, he ahí la gran novedad, de una manera cien por cien sostenible.
¿Cuánto plástico se tira al mar? El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) advierte que los océanos reciben unos 13 millones de toneladas de plástico cada año, el equivalente a descargar un camión de basura en el océano por minuto. Las consecuencias directas de este problema sobre la salud de las personas también están contrastadas.
Ante esta realidad, Proluo lleva cinco años desarrollando dispositivos que contribuyan a frenar el “Plásticoceno”, la denominación evolutiva que trata de alertar sobre la presencia masiva de plástico en el medio ambiente. Proluo cuenta actualmente con 25 estudiantes de la UPV procedentes de titulaciones muy variadas, como Biotecnología, Informática, ADE, Diseño, Física, Industriales o Aeroespacial, entre otras.
Blau 0.5 es la quinta creación de este equipo y el resultado de nueve meses de trabajo directo. Su principal innovación con respecto a los anteriores prototipos es que no necesita ningún tipo de combustible o fuente de energía para capturar muestras que, ya en el laboratorio, alertarán sobre la mayor o menor presencia de microplásticos en el agua. Esto es posible gracias a que el dispositivo se puede adherir durante la singladura a cualquier embarcación que navegue a una velocidad reducida (cargueros, ferris, pesqueros, veleros o similares). Si lo comparamos con una especie marina, su comportamiento se asemeja al de una rémora, al aprovechar el “esfuerzo” de una especie superior.
Otra de las ventajas de Blau 0.5 es su reducido coste: alrededor de 2000 euros. Un hito, que se ha conseguido al simplificar la mecánica que incorpora el prototipo gracias a la investigación y la experiencia afianzada por el equipo desde su creación.
La lucha de Proluo por conseguir unos mares y océanos más limpios no se detiene. De hecho, mantiene varios proyectos abiertos y segmentados en el tiempo; desde el diseño de una app que permita optimizar su trabajo, a la creación de Blau 07.1, el “hermano mayor” de Blau 0.5, con mucha mayor capacidad para recoger microplásticos del agua. Tienen previsto presentarlo en 2025.
El proyecto más inminente que quita horas de estudio y de ocio a este grupo de estudiantes de la UPV es un filtro de arena para atrapar los pellets en las playas, otro problema de gran magnitud, tal y como comprobamos con el vertido en Galicia a principios de este año. En él, participan también otros dos equipos de Generación Espontánea: Azalea y Makers.
Para atender todos estos frentes, Proluo ha abierto una fase para reforzarse incorporando talento, es decir más estudiantes, procedentes principalmente de la rama de Ingeniería Mecánica.
Proluo es uno de los equipos que integran el programa de Generación Espontánea. A través de este, la Universitat Politècnica de València promueve en su alumnado el aprendizaje de competencias transversales de diversa índole y especialización (científicas, tecnológicas, comunicativas, artísticas, solidarias, de gestión, etc.).
En la actualidad, 59 equipos compuestos íntegramente por estudiantes de la UPV llevan a cabo sus proyectos e iniciativas de manera autónoma y mediante el trabajo en grupo, con el apoyo y tutorización del profesorado de la institución académica.
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