Un estudio en el que han participado 62 niños de la Escola d'Estiu de la Universitat Politècnica de València (UPV), realizado por la propia UPV junto a otras cinco instituciones formativas y sanitarias, señala que los videojuegos activos colaborativos, siempre pautados por un especialista, constituyen un "gran aliado" para promover y mantener el interés por la actividad física entre los niños y jóvenes.
En el desarrollo de la investigación, cuyos resultados han sido recientemente publicados por la revista Paediatrics and Child Health (Pediatría y Salud Infantil), han trabajado junto a la UPV investigadores y médicos de la la Universitat Jaume I, la Universidad CEU-Cardenal Herrera, el Hospital General Universitario de Valencia, la Universitat de València y el CIBER Fisiopatología de la Obesidad y Nutrición-Instituto de Salud Carlos III.
Análisis de los niveles de fatiga y motivación, más las influencias en las respuestas
Con el Kinec Adventures como juego base del proyecto, los investigadores han analizado la respuesta de los niños, tanto desde el punto de vista psicológico como desde el fisiológico, a tres tipos de ejercicio: andar sobre una plataforma de marcha, participar en un videojuego activo colaborativo de forma individual y jugar con otro compañero.
Jaime Guixeres, investigador de LabLeni-i3B de la UPV, explica que el objetivo "era comprobar la adherencia del chaval al ejercicio físico y conocer cuáles eran sus sensaciones: cuándo se fatigaba más, cuándo quería seguir jugando y qué influía en ello".
Durante las pruebas, los investigadores monitorizaron la frecuencia cardiaca de cada niño, para lo que emplearon camisetas biomédicas de la empresa valenciana Nuubo. En la parte psicológica, evaluaron su nivel de satisfacción/disfrute ante la actividad física, el arousal -o nivel de activación- y la sensación de esfuerzo percibido, haciendo uso para ello de las escalas Feeling Scale, Arousal Scale y Eston-Parfitt.
El juego colectivo entre niños con nivel similar fatiga menos y aumenta la motivación
El estudio ha permitido comprobar que, cuando los niños juegan con otros compañeros, siempre que el nivel entre ellos sea similar, se producen dos consecuencias principales. Por un lado, aumenta el afecto mutuo, y por otro, la sensación de esfuerzo es mucho menor. Por ello, según Juan Francisco Lisón, investigador de la Universidad CEU-Cardenal Herrera, "el niño se fatiga menos y, en último término, quiere seguir haciendo ejercicio, jugando".
Ausiàs Cebolla, investigador de la Universitat de València, reconoce que "es cierto que hay aspectos del ejercicio al aire libre que los videojuegos nunca podrán alcanzar, pero no lo es menos que pueden llegar a ser una herramienta de apoyo muy eficaz para luchar contra el sedentarismo y conseguir que los niños hagan ejercicio físico, prácticamente, sin darse cuenta".
Julio Álvarez, pediatra de la Unidad de obesidad y riesgo cardiovascular del Hospital General Universitario de Valencia, afirma que este tipo de videojuegos "constituyen un complemento a la actividad física recomendada por los organismos internacionales".
La OMS recomienda un mínimo de una hora de actividad física diaria entre los 5 y los 17 años
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), las personas entre 5 y 17 años deben completar, como mínimo, 60 minutos diarios realizando actividades físicas de un nivel de intensidad de moderado a vigoroso.
La actividad física diaria debe ser, en su mayor parte, aeróbica. Además, conviene incorporar, como mínimo tres veces por semana, actividades vigorosas que refuercen, en particular, los músculos y los huesos.
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