Personal investigador colabora en la localización de nidos de tortuga en las playas valencianas
La nidificación de ejemplares de tortuga boba (Caretta caretta) en las playas valencianas ha sido noticia durante estos últimos meses. No es para menos, puesto que se han contabilizado hasta ocho nidos, todo un récord desde que se tienen registros.
Esa nidificación y posterior eclosión de los huevos ha sido uno de los espectáculos que la naturaleza ha ofrecido este verano. En concreto, el 27 de agosto en la playa de las Albaranas de Dénia nacían 72 tortugas Caretta caretta en uno de los nidos, y está previsto que en los próximos días lo hagan los huevos del segundo nido. Y llegar a este momento ha sido gracias a un gran equipo de trabajo en el que ha participado activamente la Universitat Politècnica de València (UPV).
El profesor e investigador del Campus de Gandia de la UPV Eduardo Belda ha explicado que, gracias al proyecto InGeNi-Caretta, que se lleva a cabo con el apoyo de la Fundación Biodiversidad, se ha podido monitorizar a diferentes ejemplares de tortugas bobas, todas ellas hembras. Para ello se ha realizado un marcaje satelital con transmisores que ha permitido localizar a los ejemplares que han desovado en las playas valencianas. Así, a los ejemplares monitorizados se les instaló un emisor de radio en el caparazón, que no supera el 1% del peso del animal, que permite realizarles seguimiento durante alrededor de un año y medio.
Esta tecnología desempeña un papel fundamental en la búsqueda de nidos, el análisis del comportamiento de estos reptiles, que recorren alrededor de 3.000 kilómetros anualmente, y en la identificación de áreas prioritarias para su conservación debido a su relevancia para la reproducción y alimentación de la especie.
En la Comunitat Valenciana han trabajado de manera conjunta la UPV, el investigador de la Universitat de València (UV), Jesús Tomás, y se ha contado con el apoyo de la Generalitat Valenciana y el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO).
Esta acción, unida a la concienciación ciudadana -que ha sido quien ha avisado al 112 de las puestas de las tortugas en los nidos localizados- ha permitido que los huevos de este nido, puestos por la tortuga bautizada como Diana, eclosionaran con normalidad.
Cría en cautiverio y rastreo vía satélite para la preservación de las tortugas bobas
Los esfuerzos dedicados a la conservación de las tortugas bobas incluyen destacados programas de recuperación de individuos heridos y de cría en cautiverio llevados a cabo por el Oceanogràfic, así como la vigilancia a través de satélites promovida por la UPV. Mediante la técnica Head starting, el Oceanogràfic incuba una porción de los huevos de cada nido y cuida a las crías durante un año hasta que alcanzan un peso de un kilogramo y un caparazón de 20 centímetros de longitud. La tasa de supervivencia de los recién nacidos, con caparazones de tan solo 6 centímetros, es de solo uno entre mil.
Sin embargo, al cumplir un año, sus únicos depredadores son los tiburones. Desde el año 2014, el Oceanogràfic ha liberado un total de 177 tortugas en el mar. Además, se encarga de rehabilitar a los ejemplares heridos que recoge la Red de Varamientos. Durante el año 2022, se brindó atención médica a 110 tortugas, y en el presente año, ya se han atendido a 83 ejemplares.