TOPOGRAFÍA DESCRIPTIVA DEL TERRITORIO


Mapa topografico descriptivo

La Sierra Calderona forma parte de las últimas estribaciones del Sistema Ibérico en su caída al mar. Es por ello que la disposición de las principales cotas sigue una progresión descendente desde las áreas interiores (donde se alcanzan valores muy próximos a los 1000 m.) hasta la línea litoral (prácticamente al nivel del mar).

Estructuralmente pueden diferenciarse cinco unidades: la llanura litoral, la llanura meridional del Turia, el valle del Palancia, el núcleo triásico oriental y el núcleo jurásico occidental.

A. La llanura litoral.
Se trata de una banda que discurre paralela a la línea de costa y que suaviza la caída de la sierra al mar. Constituida fundamentalmente por materiales de aporte fluvial, sus altitudes nunca superan los 20-30 m, no observándose relieves propios destacables.

B. Llanura del Turia.
Se trata de una amplia extensión sin apenas relieves acentuados, que discurre limitando el territorio por el sur, y cuya altitud, creciente desde la llanura litoral hacia el interior, oscila entre los 100 y 350 m. Sólamente son destacables unos pocos cerros calizos que rompen la armonía del paisaje: el cerro Bords (238m) y las Llomes del Algepsar (235 m) al SE, y el Tos Pelat (225 m) al S.

C. Valle del Palancia.
De escasa amplitud, discurre limitando el territorio por el norte, y puede decirse en lineas generales que separa las sierras Calderona y Espadán. A ambos lados del Palancia se han llegado a datar hasta cinco niveles de terrazas fluviales, que se hacen bastante amplias hacia Torres-Torres y Albalat dels Tarongers, donde se han aprovechado para el cultivo de cítricos y hortalizas. Como en el caso anterior, sus cotas aumentan desde la llanura litoral hacia el interior, donde se alcanzan los 350 m (Segorbe y Altura).

D. Núcleo triásico oriental.
Aunque no se alcanzan grandes cotas, el relieve de las áreas occidentales se caracteriza por presentar un aspecto de lo que se ha llamado "oleaje rompiente", es decir, de grandes muelas calizas, más o menos alineadas, que miran hacia el SE y que son la cumbre de potentes taludes de areniscas o argilitas. Ello se ha producido por la aparición de numerosas fracturas de dirección NE-SW, perpendiculares a los pliegues ibéricos. Responden a este tipo de paisaje la Mola de Segart (566 m), el Chocainet (438 m), el Alt de la Rodona (427 m), que se presentan bordeados por numerosos pequeños valles excavados por barrancos y ramblas subsidiarios del Palancia. Como formaciones areniscosas, más o menos puras, destacan el Gorgo (907 m), el Garbí (600 m), el Monte Picaio (372 m) y Sancti-Spiritu (336 m); los tres últimos con notable crestería de areniscas rojas casi cortadas a pico, que ofrecen un aspecto impresionante. En este entorno silíceo, dominado por materiales argilíticos, areniscosos y muelas calizas, destacan las intercalaciones de núcleos carbonatados: las Penyas Blancas (839 m), Rebalsadors (799 m), la Gorisa (585 m), el Alto del Pino (716 m), la Pedralvila (687 m), Peñarroya de Gátova (656 m), Cerro Alonso (492 m), el Pinar (488 m), el Maimón (430 m) y la Penya Roja (401 m), áreas donde se observa una elevada actividad cárstica. Más hacia el norte, destacando sobre el valle del Palancia, al que en parte llega a invadir, se encuentra un pequeño núcleo de calizas del Muschelkalk, donde destacan elevaciones de no excesiva importancia: Cerro de la Capitana (448 m), Picaio I (388 m), Cerro del Castellet (371 m), Gabino (351 m), Sabató (290 m), Cantera (276 m), etc.

E. Núcleo jurásico occidental.
Como en casos anteriores, no presenta elevaciones destacables, pudiendo decirse que el relieve, aunque abrupto por la profusión de imnumerables barrancos y ramblas, no presenta grandes desniveles. Dado que este área entronca directamente con las estribaciones ibéricas, se encuentra en sus límites noroccidentales la cota más elevada de todo el territorio: el Montmayor (1015 m), cima que se encuentra en la porción terminal de unos suaves relieves ondulados. Con él son destacables elevaciones como la Cova Santa (904 m), el Cerro de los Molinos (903 m) y el Pedroso (878 m). En toda esta área caliza se observan procesos cársticos de considerable importancia.

(Fuente: "Manuel B. Crespo")

VOLVER