La presencialidad se ha convertido en un lujo y seguramente, estos jóvenes, nunca antes habían tenido tantas ganas de ir a clase. El alumnado de la Universitat Politècnica de València, a partir de segundo curso, vuelve a las aulas seis meses después de la declaración del estado de alarma, que acabó con la docencia presencial. Los nervios han sido el denominador común del regreso.