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Rudolf A. Marcus

Doctor Honoris Causa por la Universidad Politécnica de Valencia. Investido el 22 de junio de 1999


Laudatio por Vitali Parkhutik

Tengo el enorme honor y placer de ser el padrino del honorable señor Rudolph Marcus, profesor honorífico del California Institute of Technology. Me siento muy orgulloso porque nuestra Universidad consideró oportuno aceptar la propuesta del Departamento de Termodinámica Aplicada del que yo formo parte, de investir al profesor Marcus como Doctor Honoris Causa de la Universidad Politécnica de Valencia.

El profesor Rudolph A. Marcus es un científico de reconocido prestigio al nivel mundial que desarrolla sus investigaciones en el campo de la teoría de reacciones químicas por transferencia de carga eléctrica. Sus trabajos han sido claves para entender mejor y empezar a utilizar los procesos tan fundamentales para la ciencia y tan importantes para la práctica como la transformación de energía solar por plantas, producción fotoquímica de combustibles fósiles, quimo-luminescencia, conducción eléctrica en polímeros conjugados, corrosión, etc. Se puede decir sin ninguna exageración que sus investigaciones han cambiado la metodología de trabajo en química, física y biología.

En los años cincuenta despertaron mucho interés y empezaron a estudiarse de cerca las reacciones de oxidación y reducción en las moléculas orgánicas procedentes de plantas y otros organismos biológicos. Esas reacciones tienen lugar cuando una molécula obtiene uno o varios electrones (se reduce) de otra molécula que los pierde (se oxida). Con el tiempo se vio que algunos de esos procesos transcurrían muy lentamente, cosa que no tenía explicación razonable.

El profesor Marcus fue el primero en desarrollar una teoría que permitía explicar estos datos experimen- tales controvertidos. Desarrolló un algoritmo matemático que permitió calcular y explicar las reacciones químicas que transcurren con transferencia de carga eléctrica entre moléculas. Así, muchos fenómenos que no habían sido compren- didos hasta entonces obtuvieron su explicación.

Tengo que resaltar que esa teoría tenia carácter revolucionario, ya que sus predicciones iban en contra de lo que se esperaba según las teorías químicas tradicionales. Han pasado casi 30 años hasta que se pudo obtener la confirmación experimental definitiva de sus predicciones.

Durante los años 1956-1965 el Profesor Marcus publicó una serie de trabajos desarrollando su teoría. Supuso en ella dos postulados básicos: que las moléculas que toman parte en la reacción han de tener una interacción débil entre si y las que no participan en la reacción también influyen en ella indirectamente, moviéndose a través de la solución y cambiando el valor de barrera enérgica. El Profesor Marcus encontró una formula matemática que permitía calcular esa barrera en función de las propiedades de las moléculas que entran en la reacción.

La teoría predecía que la velocidad de la reacción disminuye cuando su energía libre aumenta y no al revés como pensaban los químicos en aquel tiempo. Apareció el término "zona de energías invertida" o "inverted region" en inglés. Los químicos de los sesenta no tenían medios para comprobar la predicción y hubo que esperar hasta los ochenta cuando por fin llegaron resultados experimentales que confirmaron la teoría. Muy pronto después el Profesor Marcus fue galardonado con el Premio Nobel en Química.

Hoy tenemos la posibilidad de oír esa historia a través de la boca de su protagonista, Sr. D. Rudolph Marcus, el Profesor honorífico de Instituto Tecnológico de California, el Premio Nobel en Química de 1992.

Por mi parte, para presentar al Profesor Marcus prefiero hablar de cosas menos oficiales, como mis sentimientos personales o esos detalles pequeños que quizá no se encuentren en la biografía oficial pero que mejor se recuerdan y dicen mucho sobre la vida de una persona.

Me sorprendió mucho enterarme que el Profesor Marcus tenia tan solo 23 años cuando recibió su título de Doctor en Química por parte de la Universidad MacGill, que por cierto fue el Alma Mater para otros tres premios Nobel. Ahora tiene diez doctorados honoríficos por parte de Universidades norteamericanas y europeas, y llega el momento de obtener un título por parte de una Universidad Española, la nuestra, Universidad Politécnica de Valencia.

Recuerdo perfectamente el día 12 de octubre de 1992, cuando el Comité de Premios Nobel anunció su veredicto. Yo estaba en el Congreso de la Sociedad Electroquímica que se celebraba en Toronto, Canadá. Era lunes, primer día del congreso. Vi a uno de mis colegas, gran especialista en química cuántica, un chico joven y con ambiciones. Andaba por el hall del congreso murmurando algo a sí mismo. Pregunté que le pasaba y me contestó: "Ya podemos olvidarnos de obtener un Nobel en electroquímica en nuestra vida - el profesor Marcus acaba de ser galardonado".

La sorpresa fue tanto mayor que el profesor se encontraba entre los participantes. Inmediatamente hubo una celebración espontánea con galletas, un poco de vino y posibilidad de acercarse al nuevo Premio Nobel y felicitarle por este momento histórico. Me firmó su autógrafo en el badge del Congreso.

Conservaré los recuerdos de aquel tiempo para siempre. No porque utilizamos en nuestros estudios de polímeros conductores y procesos de corrosión de semiconductores los conceptos introducidos por el profesor Marcus. Aun más importante que sus aplicaciones, considero su teoría como un símbolo de inconformismo científico, el coraje y la energía de una persona para trabajar, incluso contra corriente, desarrollando las ideas en las que cree.

Muchos de los que estamos aquí somos profesores universitarios. Impartimos asignaturas muy diferentes, pero creo que tenemos un fin común en todas ellas, y la historia del Profesor Marcus puede ser un buen símbolo de ese fin. El de despertar en nuestros estudiantes el espíritu de creatividad. El de animarles a que se esfuercen por crear nuevas ideas y no tengan miedo de ir contracorriente. Que no teman al futuro y no esperen que alguien lo arreglará por ellos. Que empiecen a pensar y a trabajar por su cuenta, a conseguir resultados propios y que sean capaces de defenderlos ante las críticas del mundo exterior.

Por mi parte invité a todos mis alumnos a acudir a esa inauguración como a la clase más importante de nuestro curso. Y la conclusión de esta clase es que la ciencia no se desarrolla por la cantidad de científicos sino por su calidad. Hay que elegir si seguir al grupo que corre en la misma dirección esperando que la verdad se encuentre allí y quedarse atascado en la entrada junto con todos los demás, o buscar nuevas direcciones y abrir nuevas puertas - tal como hizo el Profesor Marcus.

Tengo esperanzas que este nombramiento empezará a construir un puente entre Valencia y California. Tenemos algo en común: el clima, las naranjas, jóvenes con espíritu de creatividad, profesores con dedicación. Quizá en el futuro tendremos una relación provechosa entre nuestras Universidades.

Para terminar, quiero mencionar que el profesor Marcus está aquí con su mujer Laura, que por cierto habla muy buen español. Se casaron muy jóvenes y este año van a celebrar sus bodas de oro. Señora y Señor Marcus, Laura y Rudi, os deseamos una larga y feliz vida juntos!


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