De la UPV al espacio

Desde sus instalaciones se desarrollan pruebas clave para garantizar el correcto funcionamiento del sistema de navegación Galileo (el "GPS europeo"), el futuro "explorador de la Tierra" Biomass o el satélite de telecomunicaciones Alphasat. Hablamos del Laboratorio Europeo de Alta Potencia en Radiofrecuencia, ubicado desde junio de 2010 en la Ciudad Politécnica de la Innovación, el parque científico de la Universitat Politècnica de València.

El laboratorio está gestionado conjuntamente por la Agencia Espacial Europea y el Consorcio Espacial Valenciano (VSC), que está formado por la UPV, la Universitat de València, la Generalitat Valenciana y el Ayuntamiento de Valencia. Desde que se encuentra en el campus de la UPV ha realizado más de 200 ensayos para 41 campañas de medida y ha destinado más de 8.000 horas al servicio de la industria espacial europea.

Números que convierten a este laboratorio en uno de los centros de referencia internacional en la medida, el análisis y el diagnóstico de los efectos de alta potencia en radiofrecuencia que son perjudiciales para los satélites que se encuentran en el espacio.

En sus instalaciones, hay dos salas limpias de clase 10.000, con una superficie total de 200 m² útiles; seis cámaras de vacío y varios sistemas de última generación para el testeo en los satélites de los citados efectos de alta potencia en radiofrecuencia en un amplio rango de frecuencias.

Entre otros equipos cuenta con un sistema multiportadora (Multicarrier), fundamental para asegurar a la Tierra que los satélites funcionarán correctamente una vez orbiten por el espacio. Y es que los satélites de telecomunicaciones deben gestionar y transmitir cada vez más señales y más potentes. Por ello, antes de su lanzamiento, es fundamental asegurarse de que todos sus componentes son capaces de operar resistiendo potencias que llegan a alcanzar los 3.000 vatios.

Así, la investigación que se lleva a cabo con este equipo hará posible el manejo de más potencia a bordo de los satélites de telecomunicación. ¿En qué se traduce esto para la vida cotidiana? Por ejemplo, permitirá contar con más y mejores canales de televisión, multimedia y voz que, además, podrán llegar a zonas del planeta donde, hasta hoy, es imposible.

El laboratorio está cofinanciado por el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER) de la Unión Europea. Cuenta con una plantilla formada por un equipo internacional de ingenieros y físicos, que coordinan David Raboso (Agencia Espacial Europea) como responsable del laboratorio y Vicente Boria, catedrático de la UPV y presidente de la Comisión Ejecutiva del VSC. "Las universidades son una importante fuente de conocimiento técnico, lo que refuerza la labor del equipo y mejora la capacidad de diagnóstico durante las campañas de ensayos", explica David Raboso.

Entre los fenómenos que se estudian en el laboratorio, destacan el efecto multipactor, que puede llegar a causar daños físicos en los componentes del satélite; el efecto de corona, en el que la ionización de los gases presentes en el interior del satélite puede originar un peligroso arco eléctrico, o la intermodulación pasiva, que se produce cuando la emisión de una antena de alta potencia causa interferencias sobre los equipos de recepción del satélite. Cada día los investigadores del laboratorio VSC/ESA trabajan para asegurar que estos fenómenos no se produzcan cuando el satélite esté operativo en su órbita.