Juan González Valdivieso, investigador del CIBER BBN en el Centro de Biomateriales e Ingeniería Tisular (CBIT) de la Universitat Politècnica de València (UPV), ha recibido una beca postdoctoral Marie Curie (MSCA) para el desarrollo de un nuevo proyecto que quiere contribuir a mejorar los tratamientos en pacientes con Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA)
Financiado por el programa Aristos, el proyecto se centra en el tejido muscular como diana terapéutica, y busca validar preclínicamente la eficacia en terapias contra la ELA de un fármaco que es un compuesto de boro y que ha sido aprobado ya como tratamiento de quimioterapia para algunos tipos de cáncer.
Así, el proyecto plantea una nueva estrategia para estimular la reparación muscular utilizando dosis ultra bajas del medicamento.
El grupo de investigación de Juan González Valdivieso, dirigido por la Dra. Patricia Rico, descubrió en estudios previos recientes que el transportador de boro, NaBC1, potencia la regeneración muscular.
“Demostramos que el boro activa este transportador y esta activación hace que se recupere la actividad del músculo dañado, ya sea por una lesión o por enfermedades musculares. Para poder trasladar a la clínica de la forma más rápida posible el resultado de nuestras investigaciones, estamos explorando si otros compuestos de boro que ya son medicamentos aprobados por las agencias regulatorias tienen el mismo efecto que el boro en cuanto a la activación de su transportador NaBC1 y por lo tanto pueden contribuir a la regeneración y recuperación del musculo dañado”, destaca Juan González Valdivieso.
En este proyecto, que se extenderá hasta 2028, el equipo del CBIT-UPV y CIBER-BBN trabajará con células musculares de una biopsia de un paciente de ELA como herramienta biológica para la investigación de la enfermedad y estudiará el modo de acción del fármaco compuesto de boro a dosis ultra bajas en el músculo enfermo de ELA.
Además, desarrollará un nuevo modelo 3D de tejido muscular humano de ELA como herramienta para identificar los mecanismos de la patogénesis muscular de la enfermedad y desarrollar nuevos tratamientos terapéuticos.
“Esperamos que esta herramienta ayude a entender el papel del músculo esquelético en ELA, así como a determinar las dosis eficaces del fármaco y probar otros fármacos para nuevas terapias contra la enfermedad”, apunta Patricia Rico.
Tradicionalmente, la investigación de ELA se ha centrado en el sistema nervioso. Sin embargo, este proyecto permitirá estudiar una nueva aproximación en la enfermedad, centrándose en el tejido muscular.
La investigación propuesta en este proyecto permitirá el desarrollo de nuevas herramientas biológicas para la investigación de ELA mediante la creación de una línea de células musculares inmortalizadas humanas de una biopsia de un paciente de ELA, que sería la primera de su tipo en el mundo. Además, el modelo in vitro 3D de tejido muscular humano de ELA sería la primera herramienta de detección capaz de identificar los mecanismos de la patogénesis muscular de ELA para el descubrimiento y el ensayo de fármacos.
Hasta la fecha, todos los modelos 3D disponibles son derivados de iPSC en forma de organoides o cocultivos de células musculares y neuronas motoras. Así, esta propuesta tiene como objetivo desarrollar el primer modelo humano 3D utilizando células musculares esqueléticas inmortalizadas de un paciente de ELA, logrando así un modelo más representativo de patología muscular en ELA que los modelos actuales.
”Así, tanto la línea celular inmortalizada como el modelo 3D del músculo permitirán por primera vez, estudiar profundamente la patología muscular relacionada con la enfermedad y servir para el desarrollo adicional de entornos neuro-musculares combinados”, añade Juan González Valdivieso
Además, el proyecto proporcionará resultados preclínicos suficientes para avanzar en ensayos clínicos de una aplicación sistémica de dosis ultra bajas de este fármaco compuesto de boro como estrategia terapéutica para retrasar y detener la atrofia muscular en ELA. “De esta forma, se avanzaría de forma más rápida en la aplicación de un fármaco ya aprobado por las agencias regulatorias como nueva terapia frente a la ELA”, concluye Patricia Rico.
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