¿Cuáles son los ruidos más comunes en el Mediterráneo? Es la pregunta a la que, desde hace más de cinco años, tratan de responder investigadores de la Universitat Politècnica de València (UPV) y el Centro Oceanográfico de Baleares (COB) del Instituto Español de Oceanografía (IEO).
Hasta la fecha, sus estudios se han centrado en tres zonas: las Islas Columbretes, el Cabo de San Antonio y el archipiélago de Cabrera. Fue en este último emplazamiento donde comenzaron sus investigaciones, que ahora continúan en el marco del proyecto europeo quietMED.
El SAMARUC para tomar medidas
Para tomar las medidas de contaminación acústica, el equipo de la UPV y el COB-IEO hace uso de SAMARUC, un dispositivo de monitorización acústica pasiva diseñado por investigadores del Instituto de Telecomunicaciones y Aplicaciones Multimedia (iTEAM-UPV) que permite detectar, grabar y clasificar los sonidos de diferentes especies marinas, así como otros ruidos de origen antropogénico, una vez sumergido en el mar.
A diferencia de otros sistemas de monitorización acústica pasiva, SAMARUC incorpora un software de detección y clasificación automática que acelera y facilita la caracterización de los diferentes ruidos presentes en el medio marino.
Según apuntan los investigadores del iTEAM, el uso de este dispositivo contribuye al registro de datos acústicos para que el mar Mediterráneo sea un entorno controlado donde el ruido ambiental no supere unos límites máximos, de modo que los organismos marinos puedan desarrollarse correctamente sin que la actividad humana altere su equilibrio.
2 meses de registro de datos a 100 metros de profundidad en aguas del Parque Nacional de Cabrera
Para la obtención de datos acústicos, se procedió al fondeo del SAMARUC a una profundidad aproximada de 100 metros en aguas del Parque Nacional de Cabrera. Tras el registro de datos in situ durante 2 meses, el SAMARUC se recuperó de forma satisfactoria para el procesado de los mismos en el laboratorio.
Guillermo Lara, investigador del iTEAM-UPV, explica que, "a partir de los archivos extraídos del SAMARUC se puede, desde obtener los niveles de ruido promedio en las diferentes bandas de frecuencia, hasta visualizar y reproducir algunos de los sonidos que componen estos mapas de ruido. En concreto, se ha creado una herramienta gráfica de representación de los indicadores de ruido ambiente que proporciona un panorama acústico de la evolución del ruido en cada zona. Esto es especialmente importante en fondeos de larga duración, donde el volumen de datos es muy elevado".
Niveles de ruido bajos
Las tres zonas analizadas presentan niveles de ruido bajos, como corresponde a reservas marinas y zonas protegidas. No obstante, en Cabrera se ha podido comprobar cómo éste se incrementa ligeramente durante los fines de semana, con respecto al nivel medio de ruido en los días laborables. "Por ello", indica Salud Deudero, investigadora y directora del COB-IEO, "hay que indagar los motivos de la diferencia acústica registrada entre las señales, quizás relacionada con el tráfico marítimo, tanto comercial como recreativo".
Así mismo, los investigadores han observado también que el indicador de ruido ambiente en la banda de 5 kHz presenta niveles de ruido más elevados durante la noche que durante el día. En este caso, no es consecuencia del ruido antropogénico, y se requiere una investigación más profunda para determinar si se trata de ruido biótico. "Una posible explicación de este fenómeno se encuentra en la migración vertical de algunas especies", señalan Carme Alomar y Elvira Álvarez, del COB-IEO.
Además, añade Ramón Miralles, "los algoritmos de clasificación automática también nos permiten, a través de los silbidos y clicks de ecolocalización, estudiar las poblaciones de delfines en la zona".
Proyecto quietMED
Tanto los resultados como la metodología llevada a cabo para la calibración de los dispositivos, realización, recogida y tratamiento de los datos en la isla de Cabrera, se han puesto a disposición del proyecto europeo quietMED, Programa conjunto sobre ruido (D11) para la implementación del Segundo Ciclo de la Directiva Marco sobre la Estrategia Marina en el Mar Mediterráneo, que cuenta con financiación de la Dirección General de Medioambiente de la Comisión Europea (DG Environment) y está formado por un consorcio de 10 socios europeos, entre ellos, la UPV y el COB-IEO.
El proyecto pretende contribuir a establecer los umbrales de ruido antropogénico que no afecten a la biota marina y cumplir así con la Directiva Marco sobre la Estrategia Marina de la Unión Europea (2008/56/CE). Ésta tiene como objetivo alcanzar un Buen estado ambiental (GES) para 2020 y, según destacan los socios del proyecto, representa un gran avance para preservar el medio ambiente marino, sobretodo en el Mediterráneo, acuciado por un entorno con elevada contaminación acústica como consecuencia del tráfico marítimo.
"En el marco del proyecto", concluye Miralles, "se establecerán enfoques comunes para el Buen Estado Ambiental (GES) y la definición de umbrales, orientación sobre metodologías y recomendaciones de políticas, así como un registro regional conjunto sobre los ruidos registrados en el Mediterráneo".
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