Los vacíos urbanos se definen como bolsas de suelo urbano que han quedado por distintas circunstancias permanentemente excluidas del uso para el que fueron concebidas y urbanizadas. Muchas veces constituyen espacios de oportunidad que, bien aprovechados, desde los parámetros de la racionalidad urbanística, nos ayudarán a recomponer y ordenar la ciudad en su conjunto. Es decir, determinadas situaciones de privilegio les confieren un carácter estratégico, que va más allá del terreno que ocupan, e incluso de sus inmediaciones.

El rápido proceso de desarrollo sufrido por muchas de las grandes ciudades de nuestro entorno cultural y las innovaciones tecnológicas a las que hemos asistido durante el pasado siglo, han producido mutaciones en las lógicas de localización de las actividades cuya complejidad se debe a que la obsolescencia de determinados destinos urbanos depende de una infinidad de factores combinados. A partir de éstos se puede reflexionar sobre casi todo lo que acontece a la ciudad en su conjunto y también a su historia, por lo que su alcance pedagógico es de una gran importancia para los futuros arquitectos.

El potencial social que un vacío urbano puede llegar a tener en el seno de una ciudad consolidada se fundamenta en la posibilidad que nos ofrece de corregir vicios derivados de explotaciones excesivas del suelo, o de solventar la falta o escasez de determinados equipamientos o infraestructuras. En este sentido, la oportunidad de contar con suelo para urbanizar espacios libres de uso colectivo o para incluir los equipamientos de los que carecen es de un enorme interés urbanístico.

Los tejidos espontáneos de las ciudades medievales también pueden verse muy beneficiados desde la ordenación de un vacío situado en su entramado. La búsqueda de un orden capaz de armonizar el espacio vacante con las preexistencias externas e internas al mismo será uno de los retos más reveladores de las capacidades del proyecto.

Desde su naturaleza, desde su historia, desde su localización se pretende iniciar una reflexión en torno a los problemas urbanos de actualidad que puede constituir una puesta a punto en el proyecto urbano mediante la realización de un curso fundamentalmente práctico, dentro de las líneas marcadas por el tUR, con el apoyo de un soporte teórico encaminado a la comprensión de las variables, los compromisos y los métodos de proyecto.

Desde esta perspectiva, espacios ferroviarios en desuso, antiguas industrias abandonadas, instalaciones portuarias obsoletas o reconversión de sectores residenciales degradados, entre otros, ilustrarán el curso.