Historia


El castillo árabe del Fadrell, alzado sobre una loma en las estribaciones de la sierra del Desert, fue junto con las alquerías de la Plana- el primer cobijo de quienes serían los fundadores de la ciudad. Conquistados estos lugares por Jaime I en 1233, fueron donados a Ximén Pérez d'Arenós. Bajo su mandato, los lugareños pasaron a ocupar el núcleo de la alquería de Benirabe, asentamiento definitivo de la ciudad. En la Edad Media, la ciudad es protegida con fosos, murallas y torres, construyéndose la iglesia, que pasaría a ser concatedral a mediados del siglo xv. Fue en 1366 cuando la imagen de la Virgen de Lledó, posteriormente patrona de la Villa, fue hallada por el campesino Perot de Granyana. En los siglos XVII y XVIII, la ciudad toma parte en la revuelta de Germanies y apoya al archiduque Carlos de Austria en la guerra de Sucesión, siendo sometida como el resto del reino por las tropas de Felipe V. En el siglo siguiente, se derriban las murallas y la ciudad comienza una lenta expansión frenada por las guerras de Independencia y Carlistas. En 1833, establecidos los definitivos límites provinciales,

Castellón de la Plana pasa a ser capital de su actual demarcación, incluyendo durante unos años a algunas poblaciones limítrofes turolenses. En la segunda mitad del XIX, la ciudad comienza su despegue aperturista. Aparecen los primeros edificios modernistas: el Hospital Provincial, el Casino, el Teatro Principal, el Parque Ribalta... Se amplía el puerto y se abren las avenidas que comunican con el mar. El enlace ferroviario Castellón-Valencia y el de vía estrecha entre poblaciones cercanas, llamado la Panderola, son las nuevas comunicaciones impulsoras de la pujante industria cerámica y la expansión azulejera. En la actualidad, con una población cercana a los 140.000 habitantes, Castellón de la Plana es una ciudad en alza con una industria y artesanía de alta calidad y un joven y moderno Campus Universitario.


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