El neuroblastoma es la neoplasia extracraneal más frecuente en la infancia, con una mediana de edad al diagnóstico de 16 meses y más del 95% de los casos diagnosticados antes de los 7 años de edad. Representa un 8 a 10% de todos los casos de cáncer pediátrico y se caracteriza por su gran heterogeneidad biológica, clínica y de supervivencia. El avance de la biología molecular y el consenso internacional de expertos europeos, japoneses y americanos han fructificado con la descripción de la Clasificación Internacional en Grupos de Riesgo (INRG) que tiene en cuenta dicha heterogeneidad y otorga al clínico una herramienta fundamental para clasificar a los pacientes y estratificar el tratamiento según su riesgo, en función de parámetros clínicos, estadio, la presencia de factores radiológicos de riesgo para la cirugía del tumor primitivo y los datos moleculares.

La importancia de evaluar la extensión de la enfermedad mediante el estadio se reconoce desde los años setenta. El INRGSS (INRG Staging System) asigna el estadio antes de cualquier intervención terapéutica, incluida la cirugía inicial. Se basa en los estudios de imagen, que reflejan la localización-topografía-tamaño del tumor y la existencia o no de factores de riesgo guiados por la imagen (FRGI), que determinan que la extirpación del tumor sea dificultosa o arriesgada en el momento de la cirugía inicial. Lo fundamental es que los datos de imagen son objetivos y pueden ser revisados tanto retrospectiva como prospectivamente, permitiendo comparaciones entre grupos.

Existe en nuestro medio un hábito importante de colaboración entre centros que permite una fluidez y sistemática de trabajo objetiva y de alta calidad, siendo esta colaboración entre centros y multidisciplinar (implica no sólo a pediatras sino también a todas las especialidades implicada en el tratamiento del paciente: radiología, cirugía, etc..) lo que ha permitido que nuestro grupo sea líder a nivel europeo y, sobre todo, ofrezca a nuestros pacientes una asistencia de calidad contrastada, basada en la investigación clínica y la Buena Práctica Clínica. Con este proyecto, nos proponemos de forma pionera en nuestro medio, aplicar una sistemática de trabajo y colaboración que permita no sólo hacer una revisión centralizada sino también establecer una comunicación fluida con los centros colaboradores que puedan adecuar/modificar la estrategia terapéutica en función de los resultados obtenidos