La Comisión Europea ha adoptado una nueva estrategia destinada a fomentar la utilización de infraestructuras verdes y garantizar que la valorización de los procesos naturales forme parte de la ordenación territorial de manera sistemática.
Las infraestructuras verdes son una herramienta de eficacia probada que utiliza la naturaleza para generar ventajas ecológicas, económicas y sociales. Así, por ejemplo, en lugar de implantar infraestructuras de protección contra las inundaciones, una infraestructura verde permitiría utilizar humedales naturales para absorber el exceso de agua en caso de fuertes precipitaciones.
Janez Potočnik, Comisario de Medio Ambiente, ha declarado lo siguiente: «El desarrollo de infraestructuras verdes es, a menudo, una buena inversión para la naturaleza, la economía y el empleo. Cuando se justifique tanto desde el punto de vista medioambiental como desde el económico, debemos ofrecer a la sociedad soluciones afines con la naturaleza, en vez de contrarias a ella.».
Las infraestructuras verdes resultan a menudo más baratas y sostenibles que las soluciones alternativas que ofrece la ingeniería civil convencional. Por ejemplo, la incorporación de parques ricos en biodiversidad, de espacios verdes y de corredores de aire fresco puede mitigar los efectos negativos de las olas de calor en verano. Además de beneficios para la salud y el medio ambiente, las infraestructuras verdes también aportan numerosas ventajas sociales, tales como la creación de puestos de trabajo, y convierten a las ciudades en lugares más atractivos para vivir y trabajar. También permiten el desarrollo de la vida silvestre, incluso en zonas urbanas.
La estrategia que se ha puesto en marcha hoy se centrará en lo siguiente:
De aquí a finales de 2017, la Comisión pasará revista a los avances registrados en el desarrollo de infraestructuras verdes y publicará un informe sobre las lecciones aprendidas y las recomendaciones para el futuro.