Para el futuro económico de Europa es fundamental que haya redes inteligentes, sostenibles e interconectadas de transportes, energía y comunicaciones digitales.

Pero la crisis financiera ha hecho menguar los flujos de financiación pública y privada para proyectos de infraestructuras.

De ahí el nuevo plan de financiación que propone la Comisión para acelerar las inversiones a largo plazo en carreteras, ferrocarriles, redes eléctricas, tuberías de conducción y redes de banda ancha rápida.

El fondo, dotado con 50.000 millones de euros, servirá para animar a los inversores tanto privados como públicos a participar en la financiación de este tipo de proyectos, algunos de los cuales, de otro modo, podrían no ver la luz. Pero también fomentará modos de transporte más ecológicos y el uso de energías renovables, tal como establece la estrategia Europa 2020, diseñada por la UE para estimular el crecimiento y el empleo.

Mejorar los enlaces de transportes: 31.700 millones de euros

Por tradición, los sistemas de transporte en Europa han ido creándose en forma de redes separadas dentro de cada país. La UE juega un papel importante al ayudarlos a colaborar en la planificación, gestión y financiación de enlaces transfronterizos de transportes.

El fondo contribuiría a estos esfuerzos al invertir en proyectos de infraestructuras que faciliten a los ciudadanos viajar e intercambiar productos, sobre todo entre el este y el oeste de la UE. La inversión se concentraría en modos de transporte ecológicos y sostenibles.

La inversión restante se destinará a las redes eléctricas y digitales de alta velocidad.

Ahora la propuesta debe conseguir la aprobación de los gobiernos nacionales y el Parlamento Europeo.

«Los equipos científicos dedicados al proyecto colaborarán estrechamente con los organismos responsables de gestionar el tráfico, el transporte y la calidad del aire en las regiones británicas y europeas participantes con el fin de estudiar los beneficios que puede aportarles esta investigación», explicó el profesor Alan Wells. «Nuestro objetivo es aprovechar los puntos positivos que se generan cuando colaboran los entornos industrial y académico. Hemos de tener en cuenta todos los puntos de la conexión entre la investigación, la política y la manera en la que los resultados obtenidos pueden mejorar la calidad de vida de la población.»