El excesivo consumo de suelo por las actividades humanas origina fuertes presiones a corto y medio plazo sobre el medio ambiente y sus recursos. Un ejemplo de este proceso es la destrucción del litoral mediterráneo en España por exceso de la construcción que hace que el sector turístico, clave en la economía española se esté viendo afectado en algunas zonas por la saturación, la pérdida de calidad ambiental y falta de competitividad frente a otros destinos. Otro de los problemas urbanísticos nacidos en el siglo XX es la enorme expansión de las ciudades y la concentración de la población (a principios del año 2000 cerca de la mitad de la población mundial habitaba en ciudades) y los problemas ambientales que ésta genera: tráfico, consumos de agua y energía, generación de residuos, etc. Fomentar la sostenibilidad en el urbanismo y en la edificación es afrontar varios de los grandes retos que plantea el siglo XXI: el agotamiento de los recursos fósiles, el cambio climático y la preservación de recursos naturales como la biodiversidad o el agua. A nivel local, la construcción debe preservar los ecosistemas, la biodiversidad, los paisajes, el patrimonio cultural e histórico, y al mismo tiempo cumplir las normas de inocuidad y de protección de la salud. En relación con lo global, el urbanismo y la edificación deben tener en cuenta el calentamiento del clima, la invasión de espacios de altos valor ambiental, ó la degradación y el agotamiento de los recursos naturales y las fuentes de energía. El tipo de urbanismo y de edificación deseado se enmarca dentro de una corriente caracterizada por la equidad, la eficiencia y la suficiencia. Se habla de urbanismo sostenible cuando los criterios económicos, ambientales y sociales se encuentran en el centro del proceso de decisión y constituyen criterios esenciales e irrenunciables. Se habla de edificación sostenible cuando, además de ser estéticas, las construcciones incluyen medidas de sostenibilidad como el aislamiento, el uso de energías renovables ó la utilización de materiales no contaminantes. Para conseguir los cambios necesarios, resulta imprescindible la concienciación y participación de todos los agentes involucrados: las administraciones, los promotores, los arquitectos, los constructores y los compradores. Recientemente, están destacando algunos avances, como el Código técnico de la Edificación. Texto Red Asturias 21