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En el recinto de SpaceX se respira un gran ambiente. La cordialidad entre los participantes es patente y no hay día en el que algunos miembros de los distintos conjuntos no se paseen por las carpas de otros competidores para charlar sobre los prototipos, compartir impresiones o simplemente recordar ediciones anteriores.

El inglés es el idioma oficial de la competición, por supuesto, pero es llamativo observar también la relevancia del español como segundo idioma del evento. Al igual que sucede en el área metropolitana de Los Ángeles, donde hay cerca de cuatro millones de personas -un 39% de la población- que utiliza el idioma, en varios de los equipos e incluso en la organización hay personas hispanohablantes que se acercan a saludar amablemente a los chicos y chicas de Hyperloop UPV con un "hola".

El sentimiento de grupo y la convivencia del alumnado UPV tampoco sufren mella. Todos siguen trabajando codo con codo y cada cual aporta su granito de arena. "Los perfiles menos técnicos, que trabajan todo el año pero que estos días no participan tanto en la competición, se encargan de toda la organización y de cuidarnos a los demás. Son esenciales también", señalan.

Dos grupos claros

La competición se encuentra cerca de su punto intermedio y las diferencias entre los equipos empiezan a ser patentes. El desarrollo de las pruebas ha provocado que dos grupos claros hayan aparecido. Por un lado, los europeos, que suelen ocupar las cinco primeras posiciones en la clasificación a pesar de los constantes cambios en la misma. Por el otro, el resto.

Los participantes del viejo continente, entre los que destacan Delft Hyperloop, EPFLoop, Swissloop, TUM Hyperloop y el propio Hyperloop UPV son los que están superando mejor las evaluaciones hasta el momento. Además, comparten tecnologías utilizadas, formas de los prototipos, medidas adoptadas... como si el origen europeo dotara también de una visión común.

Los otros contendientes internacionales sufren situaciones mucho más dispares. Desde alguno que todavía no ha ensamblado completamente el prototipo hasta otro que implementa tecnologías tan originales como la levitación por aire -la misma que se emplea en las minimesas de hockey de los recreativos-, pero que ninguna otra formación ha empleado.

Esta edición, de hecho, se caracteriza por la utilización de soluciones bastante innovadoras. Frenos magnéticos o tanques de aire comprimido como sistema de propulsión, simulando una especie de cohete, son algunas de ellas. Los equipos europeos, por su parte, han sido más conservadores este año y coinciden en optimizar al máximo tecnologías ya probadas para conseguir los componentes más compactos y eficientes posibles.

Las comparaciones, a veces, son odiosas

El contraste entre presupuestos y herramientas disponibles por parte de los distintos participantes es notorio. A diferencia de los miembros de Hyperloop UPV, alojados en un par de casas de alquiler que hacen la función de alojamiento y taller de trabajo a la vez, otros conjuntos se alojan en hoteles e incluso algunos disponen de un hangar adicional como centro de operaciones.

Algunos equipos también disponen de equipación avanzada y máquinas que permiten realizar trabajos rápidamente, como la soldadura automática de determinadas placas en un par de horas. En el caso de Turian, este proceso de soldado se realizó manualmente durante casi 10 horas de trabajo, en un ejercicio que puede considerarse artesanía.

Todo ello no parece suponer un obstáculo para Hyperloop UPV. "Tener el hangar a cierta distancia de tu alojamiento hace que pierdas tiempo", apuntan desde la formación. Always look at the bright side of life, vamos. Además, las habilidades técnicas demostradas y el haber participado en todas las ediciones pasadas, despiertan la simpatía y admiración del resto de participantes. En cierto modo, el equipo valenciano ha hecho ya historia en esta competición.

La sorpresa llega al final del día

El miércoles comienza complicado para Hyperloop UPV. El prototipo, que debería haber salido a las 8 de la mañana, se encuentra todavía en el AirBnb a media mañana. Se ha decidido, tras una noche intensa, seguir trabajando todo el día en la casa-taller, no perder ni un minuto en desplazamientos y apostar por un jueves intenso en el que intentar superar muchas pruebas.

Federico Lluesma, director técnico, sí que se ha desplazado al recinto de la competición durante la mañana y parte de la tarde y, junto a otros compañeros, ha conseguido superar ya la totalidad de los procedimientos. Todo se presenta de cara para ir a por todas el jueves.

Sobre las 16 horas, sin embargo, llega la sorpresa al aparcamiento de SpaceX. El Swissloop, uno de los dos equipos suizos, ha superado ya nueve de las evaluaciones y se dirige a realizar la décima. Mucho se tendría que torcer todo para que no sea finalmente uno de los tres grandes finalistas que accederán al último test en el tubo de vacío el domingo.

Los dos participantes alpinos estaban realizando una actuación excelente, pero la celeridad con la que uno de ellos ha llegado a esta fase ha sorprendido a organizadores y contendientes. La Hyperloop Pod Competition acelera. La tabla de clasificación con las pruebas superadas cambia cada minuto. Mañana puede ser clave para Hyperloop UPV y todo está preparado.

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Hyperloop Pod Competition 2019, día a día

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